Habilitarán oficialmente asfaltado de ruta formoseña frente a Pilar

La vía sería habilitada oficialmente mañana por las autoridades formoseñas. La determinación del gobierno de Gildo Insfrán estaría ligada a la intención de fortalecer las posibilidades del emplazamiento de un puente internacional en el lugar. Los estudios de factibilidad realizados por encargo de Fonplata plantean dos opciones: una de ellas sugiere la construcción de la pasarela a la altura de Curupayty y las Palmas (provincia del Chaco), mientras que la otra indica que debería instalarse entre Pilar y Puerto Cano.

Con el asfaltado concretado por el gobernador Gildo Insfrán, la segunda opción tendría ventajas, considerando que la inversión en obras complementarias sería muy reducida. También se especula que la pavimentación de esta carretera de 40 kilómetros se deba al futuro emplazamiento de una planta nuclear en las cercanías de Puerto Cano y Pilar.

El afirmado de la vía provincial ha sido celebrado por los paraguayos residentes en Argentina y las personas que viajan constantemente por razones de salud y trabajo a la provincias del nordeste argentino y Buenos Aires. Se espera que tras esta gran inversión para mejorar las condiciones de esta ruta, también se invierta en ambas orillas del río para mejorar la zona de atraque y toda la precaria infraestructura que sirve para recibir a los viajeros.

Igualmente, es imperiosa la necesidad de contar con una nueva balsa que reemplace a la vetusta Villa Florida, que funciona con muchas limitaciones, sin ninguna garantía para los usuarios. El cruce de balsas entre Pilar y Puerto Cano había sido inaugurado en 1991 por los presidentes Carlos Menem, de la Argentina, y Andrés Rodríguez, del Paraguay.

Desde ese tiempo, el avance más significativo es precisamente el asfaltado de la ruta de 40 kilómetros entre Puerto Cano y General Mansilla. Antes del pavimento, circular por la vía de tierra era un verdadero calvario para los viajeros. Para llegar a destino se dependía del humor de los que oficiaban de transportista, cobrando sumas irracionales y transportando a los pasajeros en vehículos que no ofrecían ninguna seguridad. Con el pavimento se asegura un servicio regular con ómníbus confortables y seguros, además de pasajes con precio razonable.