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El 13 de agosto del año pasado fue inaugurado el “Centro de Atención a Menores Infractores” en Pedro Juan Caballero, el primero de su tipo, ya que hasta entonces la ciudad solamente contaba con un centro de reclusión para adultos.
La falta de un centro de atención para menores de edad en Pedro Juan derivaba en que los adolescentes debían ser trasladados hasta un centro para menores en la ciudad de Concepción.
“El nuevo centro permitirá una atención integral a los adolescentes previéndose una sistencia sicológica, alimentaria, educativa y de formación en oficios”, anunciaba entonces el Ministerio de Justicia y Trabajo ante la inauguración del local que costó G. 2.899.888.419, unos 650.000 dólares americanos al cambio actual, según los datos del contrato con la firma constructora.
Las autoridades en ese momento manifestaron cuan importante era este avance porque los adolescentes podrían estar cerca de sus familias y recibir una atención más adecuada, en un lugar que cuenta con sectores segregados por sexo, área de recreación, cantina y todos los espacios necesarios para el adecuado desarrollo de las personas.
Sin embargo, los anuncios y las buenas intenciones, así como el dinero gastado se hunden ahora entre el yuyal y los hierros oxidados de la construcción, que fue solamente inaugurada para las fotos, porque hasta ahora nadie habita el lugar, es más, nadie en Pedro Juan tiene la llave para ingresar.
Esta semana, el doctor Jesús Lird, miembro del Tribunal de Apelación Penal de la Adolescencia, la jueza del primer y segundo turno del Juzgado Penal de la Adolescencia, doctora Sandra Fariña, en compañía de otros funcionarios judiciales y un funcionario de la penitenciaría regional local, acudieron al lugar pero no pudieron ingresar por falta de llaves.
Actualmente, son 23 los adolescentes de Pedro Juan Caballero que están en un Centro Educativo en Concepción. Esta situación no solamente representa un perjuicio para las familias de los adolescentes, sino también para el sistema Judicial mismo, cuenta la actuaria Lisa Jara Florentín.
Cada vez que debe hacerse una audiencia o cualquier diligencia, los menores de edad deben ser traídos hasta Pedro Juan y entonces todo depende de la disponibilidad de móviles y combustible en Concepción.
Asimismo, cuando ellos deben trasladarse para trámites legales a Concepción dependen de que haya móviles y combustible disponible en Pedro Juan Caballero, generando un gasto innecesario ante la posibilidad de usar el nuevo centro.
Una versión que manejan en Pedro Juan Caballero es que en el lugar no hay servicio de agua potable, y que ese sería uno de los inconvenientes para darle uso, pero la información no pudo ser verificada por la comitiva que fue hasta el lugar, ya que ni siquiera pudieron ingresar.
Esta semana asumió Alsimio Ramírez como nuevo director de los centros educativos para menores de edad. Consultamos con él sobre la situación y dijo que recién recibió el cargo el martes pasado, por lo que se está interiorizando sobre el hecho, y que tampoco existe algún informe de la persona que le antecedió en el cargo.
Prometió que la próxima semana se trasladará hasta Pedro Juan Caballero para constatar los detalles y saber por qué la construcción está en desuso.
La viceministra de Justica, Carla Bacigalupo, explicó a ABC Color este viernes que ya pidió un informe sobre la situación.
Dijo que este centro de Pedro Juan Caballero fue construido al mismo tiempo que otro centro para menores en Encarnación, que también está en desuso. Explicó que se terminaron las obras, pero que en el presupuesto 2014 el Parlamento no previó dinero para los recursos humanos necesarios a fin de darle funcionamiento a estos centros.
Es decir, actualmente existen dos centros nuevísimos para la reclusión de menores de edad que no se usan.
Bacigalupo dijo que el problema de los menores infractores es muy importante y transversal a toda la sociedad, por lo que están haciendo todo lo posible por lograr una ampliación presupuestaria todavía este año, que sería para poner en marcha el centro de Encarnación, considerando que este se terminó antes que el de Pedro Juan Caballero.