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Los funcionarios del Servicio de Lavandería realizan sus tareas en un ambiente insalubre, sin observarse medidas de bioseguridad.
Igualmente, deben trabajar con una máquina obsoleta, que data de hace 25 años, cuando se inauguró el hospital, y con otra adquirida hace alrededor de dos años.
De los tres vetustos lavarropas, el único antiguo en funcionamiento es totalmente manual; es decir, cada operario -que trabaja 12 horas por turno- debe hacer unos 26 lavados de 60 kilos cada vez, haciendo pesados movimientos para pasar de un programa a otro, de lavado a enjuague, por ejemplo.
En la lavandería se respira aire contaminado por la ropa sucia que viene de los quirófanos, además de las sábanas de internados y de las tres terapias: de niños, neonatología y adultos.
A ello se suma la falta de extractores de aire para una buena ventilación y los ruidos ensordecedores que deben soportar los trabajadores durante las largas jornadas.
La filmación anexada a la nota retrata el pésimo ambiente en que deben trabajar los funcionarios del lugar.
El operario no aparece en escena por obvias razones, ya que últimamente el que osa denunciar es sumariado o trasladado a otro servicio.