Casi veinte años después

Recuerdo la conversación. En ella sus protagonistas, el entonces secretario general de la Presidencia, Jaime Bestard; y el ya en ese entonces presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Óscar González Daher, hablaban sobre las maniobras que había realizado el presidente González Macchi para conseguir que un ministro de la Corte votase a favor de la suspensión y posterior destitución del fiscal Alejandro Nissen.

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Corría el año 2002.

Y efectivamente el fiscal Alejandro Nissen fue suspendido y destituido meses más tarde, tras haberse convertido en una molestia para varios poderosos sobre los que había abierto investigaciones por posesión de vehículos robados y fraudes diversos en aduanas.

Para denunciar a Nissen ante el Jurado, utilizado como herramienta de apriete político-judicial, la rosca presentó como denunciante a un oscuro despachante llamado Cristian Paolo Ortiz, protagonista de la falsificación del título con el que González Macchi ordenó que el Estado compre como legal un BMW robado en Brasil. Años más tarde, como anécdota colateral, aparecían a nombre de Ortiz un camión blindado y una ametralladora antiaérea con la que sicarios del PCC pretendían atentar contra Jorge Rafaat, asesinado posteriormente.

Volviendo a Nissen, recuerdo que en una de las entrevistas que le hice durante su proceso por el jurado, me exhibió una supuesta copia de la resolución con la que lo iban a destituir, que me dijo que ya había sido redactada varias semanas antes.

El texto fue efectivamente el que el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados dio a conocer meses más tarde cuando anunciaba la destitución del entonces fiscal.

Tras más de casi veinte años de buscar justicia para obtener un resarcimiento moral y económico, Alejandro Nissen finalmente la consiguió en la semana que va terminando, a través de una acción judicial planteada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en un juicio en el que fuimos convocados a declarar varias personas, entre ellas algunos periodistas.

Por unanimidad los jueces de varios países que integran la Corte Interamericana responsabilizaron al estado paraguayo por la violación de la garantía de contar con jueces imparciales, el quebrantamiento del derecho de la protección judicial y la vulneración del derecho del fiscal de permanecer en el cargo en condiciones de igualdad.

La Corte IDH estableció además como forma de reparación una indemnización para el exfuncionario, quien fue perjudicado en su fuente de subsistencia.

Hablamos con el exfiscal en la 730AM el día en el que la Corte emitió su condena contra el estado paraguayo.

Nissen recordó que el Jurado de Magistrados, encabezado por González Daher, lo había destituido gracias a los votos de Esteban Samaniego Alemán, Marcelino Gauto Bejarano, Francisco “Pancho” de Vargas, Luis Mendoza Correa, el investigado por autos robados Luis Caballero Krauer y el ministro de la Corte Suprema de Justicia Antonio Fretes.

El exfiscal nos recordó que el propio González Daher le había pedido la copia de la carpeta de la investigación en su contra, y allí comenzó todo.

La condena nos llevó a la pregunta de qué pasa con los que pergeñaron esta persecución desde sus cargos en la estructura del Estado.

“Deberían preguntarle al Procurador si es que van a pedir la repetición a los responsables de lo que me hicieron. Que se hagan cargo ellos... esta violación de derechos humanos demuestra que hubo prevaricato y estos sujetos deben ser procesados penalmente” nos respondía Nissen en la entrevista el martes pasado.

Este desenlance y reivindicación llegaron mediante la tenacidad del exfuncionario. Pero ¿cuántos otros son marginados por las roscas de bucaneros que se enquistan en el Estado?

guille@abc.com.py

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