Comprar “el apoyo del pueblo” no es difícil cuando hay necesitados a bajo costo

Muchas personas protestan al saber que ciertos empresarios tienen el poder de "arrear" a ciudadanos para fines políticos o lo que sea. Si alguien es capaz de "comprar" a un individuo o grupo, es porque tal "mercadería" está a la venta, ¿no?

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"¡Gran siete, ese personaje, aparte de adquirir por poco todo el Paraguay, puede 'comprar' la cantidad de gente que quiera!". Esta frase seguro más de una vez la habrás escuchado en el bondi o en una ronda de tereré con los amigos. Frecuentemente, ciertos empresarios salen en las noticias demostrando, felices y victoriosos, que con el dinero pueden adquirir, como parcelas de tierra, la voluntad y el apoyo de la gente.

Este caso se percibe al ver a las personas actuar como los famosos "hurreros". Aunque Cartes afirme que hay que cuidar al hurrero ya que es una raza en extinción, se puede distinguir que sigue en apogeo la labor de gritar, zapatear, cantar y bailar a favor de cierto sector o líder a cambio de unos cuantos billetes.

Enfadarse e indignarse no serían los pasos para poner freno a esta situación. Si un sujeto puede "comprar" o "arrear" a un grupo de ciudadanos, es porque cada integrante del clan tiene un precio, ¿verdad? Por ejemplo, asiduamente se denuncian con desprecio casos de corrupción, pero en la mínima oportunidad, ciertas personas que expresaban su total rechazo a la deshonestidad, no desaprovechan la "oferta" de vender sus cédulas.

Cada individuo de la sociedad tiene la posibilidad de decir sí o no a una proposición. No podemos hacernos los ñembotavy, ya que nadie pone un arma en la cabeza a las personas al ofrecerles una jugosa propuesta. Al aceptar o no, el ciudadano está haciendo un cambio ya sea favorable o perjudicial para el pueblo; como dice la frase "el tango se baila de a dos".

"Yo, porque soy pobre nomás, acepto la plata" no es excusa al vender un voto. Al hacer este acto, ya estás cediendo tu poder de hacer un bien a la sociedad a alguien inescrupuloso a quien no podrás reclamar, ya que desde el primer momento te mostró sus verdaderas intenciones. ¿Cómo vas a exigir integridad y honradez a un político que obtuvo el cargo mediante la corrupción de los votantes?

Cada integrante de la sociedad tiene también la responsabilidad de llevar por buen camino al país. Los políticos o los grupos empresariales pueden "hacer lo que se les cante" porque a las personas no les tiemblan las manos al agarrar dinero mal habido, y la única manera de erradicar la corrupción es batallando con transparencia contra ella. Pensá, ¿acaso tu integridad como persona y tu conciencia se pueden comprar con un billete de G. 100.000?

Por Rocío Ríos (19 años)

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