Dejar de lado la muñeca y entrar a la cancha fue el reto de una joven futbolista

Desde la infancia, uno tiene el sueño de convertirse en un profesional, sea cual fuese el oficio. Pero, en varios casos, un padre siempre anhela con tener al menos un hijo futbolista en la familia. Este es el caso de Jessica, quien, a pesar de ser del sexo opuesto, pudo concederle el sueño a su papá y cumplir el suyo.

“Mi padre me inscribió en una escuela de fútbol de varones a los siete años, a pesar de la posición negativa de mi madre; fue muy difícil para mí jugar con los hombres, porque los comentarios como 'una mujer no puede jugar con los varones' no faltaban. Hubo clubes que me permitieron jugar y otros no”, declara la goleadora.

Jessica comenta sobre su paso por el Decano: “A mis 13 años fiché por el Olimpia; jugué un par de partidos en la juvenil y luego ya me convocaron en el equipo principal; a tan corta edad ya tenía roces con jugadoras de primera división”, recuerda. La delantera tampoco deja pasar por alto una de sus mayores dificultades en aquel entonces: cuenta que tenía que escaparse del colegio para poder llegar a tiempo a sus prácticas, pero su papá siempre se hizo responsable de ella.

Posterior a su debut en el Olimpia, fue convocada a la selección paraguaya sub 17 para encuentros amistosos internacionales. “Todo comenzó en el partido frente a Uruguay, me dieron la oportunidad de jugar de titular en ese y en los otros dos partidos; como llegué a los tres goles en el combo de encuentros, me gané la confianza del cuerpo técnico”, comenta la deportista.

La joven atleta ya disputó dos mundiales con la Albirroja, en los cuales se siguió afianzando como la goleadora. Asimismo, su hazaña más reciente se dio con la selección sub 20, ya que la misma obtuvo el vicecampeonato del Sudamericano Femenino 2018 y esto le permite la clasificación al mundial de Francia, junto a la campeona del certamen, la verdeamarela Brasil.

El club actual de Jessica es el Santos de Brasil y afirma que cada jugador se inspira en un crack del fútbol, ya que siempre ayuda a mantener la motivación en la cancha. “Me identifico con Lionel Messi, por su velocidad con la pelota casi pegada al pie, sus gambetas y su contundencia frente al arco; siempre trato de guiarme según su estilo de juego”, afirma.

Por otra parte, la goleadora apoya a todos los chicos y, en especial, a las mujeres que quieran dedicarse al fútbol. “Elijan este o cualquier otro deporte antes que consumir drogas o bebidas alcohólicas”, aconseja. Jessica realizó un esfuerzo enorme para cumplir su sueño de ser jugadora profesional y es una prueba clara de vida de que cada sacrificio tiene su recompensa.

Por Ricardo Núñez (19 años)