El atraco y robo de G. 80 millones se produjeron el sábado de noche en el comercio denominado Pozo Azul, que funciona en la ciudad de Luque, en la ruta que lleva a San Bernardino.
Los autores fueron cuatro hombres encapuchados que redujeron a golpes a las empleadas que aún seguían en el lugar, momentos después del cierre.
El cabecilla del ilícito fue Richard René Martínez Rojas (35 años), capturado el lunes de mañana en su aguantadero de San Lorenzo, en un trabajo de los policías de Investigaciones del departamento Central.
Justamente, la detención de Richard fue clave para aclarar también este hecho, ya que en su celular se hallaron pistas que condujeron a otro de los supuestos autores, el exconvicto Pedro Daniel Burgos Gayoso (42), alias Dani Zurdo.
Había sido, Richard Martínez llamó hace dos semanas a Dani Zurdo para contarle que tenía un “equipo fuerte” a disposición para algún golpe.
Entonces, Dani Zurdo se comunicó con el también expresidiario Diego David Zelaya Valdez (32).
Diego, por su lado, se acordó de que su exnovia Elena Elizabeth Lugo Montanía (31) seguía trabajando en el minisúper Pozo Azul y entonces le propuso ayudarlos a asaltar el negocio, a cambio de un porcentaje del botín.
El jefe de Investigaciones de Central, comisario principal Rubén Paredes, dijo ayer que la mujer (que estaría embarazada) aceptó colaborar con la gavilla de su exnovio, revelando detalles del manejo interno, el flujo de dinero y hasta la manera en la que podían entrar los asaltantes para sorprender a las víctimas.
Supuestamente, la empleada infiel estimó que habría unos G. 400 millones en la caja, producto de la recaudación de la Semana Santa, aunque el botín denunciado fue de G. 80 millones, siempre según Paredes.
Pedro Daniel Burgos Gayoso, Diego David Zelaya Valdez y Elena Elizabeth Lugo Montanía fueron capturados ayer en distintos operativos en la misma ciudad de Luque. Según la Policía, los tres confesaron el ilícito.
De hecho, en la filmación del asalto, se observa que Elena fue “reducida” por uno de los asaltantes, que habría sido su exnovio Diego Zelaya, y que en pleno golpe ambos conversan de una manera muy sospechosa.
Extrañamente, mientras las demás compañeras de trabajo de Elena eran torturadas por los criminales, ella solo observaba.