Un amigo perdido en el río
Toda su vida estaba pasando por su mente en esos cinco minutos, mientras sus ojos hacían contacto con aquellos otros, hundidos en esos rostros pálidos, agarrados de unas ramas y con el agua hasta el cuello. El silencio de unos labios morados y agrietados confesaban que por varios días habían sofocado gritos de terror.