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Medellín como el Arena Condá y el resto del continente se paralizaron ayer con el homenaje de Atlético Nacional a Chapecoense, tras la tragedia aérea en cerro Gordo. El plantel brasileño llegaba, en la madrugada del martes, para jugar la final de la Copa Sudamericana, el miércoles a las 20:45. Pero el destino estrelló en la vida eterna a 71 pasajeros y dentro de un milagro, salvó a seis. El mundo homenajeó al equipo de Chapecó y ayer, el Atanasio Girardot quedó pequeño para miles de personas que fueron de blanco y con velas, para despedir y conmemorar a las personas que perdieron la vida en el accidente.
Para unirse en el tributo, un hincha simuló ambas finales de la Sudamericana y terminó con el título del Chapecoense, frente a su público en el Couto Pereira de Curitiba, donde el Verdao debía definir la serie.