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A una semana de su llegada a la capital, los campesinos retomaron ayer la movilización después de que el fin de semana permanecieran en la Plaza de Armas acondicionando sus carpas para soportar el frío. Ayer, implementaron un nuevo método en el que paraban por más de media hora en cada calle ocasionando un caos mayor en el tráfico, desatando la ira de los automovilistas, según se pudo constatar en diversos sitios.
En la fría mañana, los campesinos marcharon por más de tres horas por las calles del microcentro e hicieron una breve pasada por la avenida Mariscal López. Abrigados con mantas, adultos e, incluso, niños participaron del cierre de varias arterias importantes.
Uno de los puntos más críticos fue en la intersección de las calles Estados Unidos y Teniente Fariña, donde los labriegos permanecieron por una hora, mientras sus líderes dejaban la marcha para dirigirse al Congreso, donde volvieron a hablar sobre la condonación de deudas.
Los miembros de la Coordinadora Nacional Intersectorial retiraron el proyecto inicial de ley de emergencia nacional campesina y negociaron otros proyectos “alternativos”, como el de un subsidio, aunque no se llegó aún a un acuerdo, por lo que las marchas continuarán.
Anoche, en la Plaza de Armas, los campesinos fueron asistidos por la Secretaría de Emergencia (SEN) con abrigos y alimentos.
Cierres y mucha tensión
La tensión llegó a un pico elevado en el microcentro durante la marcha de ayer, por la lógica impaciencia de los automovilistas tras 20 o más minutos de cierre. El tránsito fue guiado por agentes de la Policía Nacional en un intento por superar el caos a través de calles alternativas que terminaban siendo también puntos críticos. La Policía Municipal de Tránsito prácticamente no apareció.
Las cifras
Los labriegos plantean un plan para la condonación de las deudas de 16.862 agricultores, con un subsidio de más de G. 65.000 millones con la banca pública y más de G. 125.899 millones con bancos privados, sumas que juntas equivalen a un global de US$ 34 millones.