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La falta de castigo ejemplar incentiva los hechos de corrupción, que deja mal parado al Paraguay en su lucha contra este delito, y lo cual le ha costado una mala reputación internacional, incluso ubicándose entre los más corruptos de la región.
En una nota concedida a ABC Color, el exprocurador del Perú Julio Arbizu mencionaba justamente que el problema clásico del derecho penal es que los delitos prescriben, por eso la Procuraduría propuso que los delitos de corrupción deberían ser imprescriptibles como son los delitos de lesa humanidad. Se apoyaron en la idea de que además la corrupción vulnera derechos fundamentales, como los derechos humanos. El legislador Giuzzio citó como un caso de éxito, el caso del expresidente peruano Ollanta Humala y de su esposa Nadine Heredia, quienes cumplen 18 meses de prisión preventiva mientras se les investiga por lavado de activos a raíz de los aportes que el Partido Nacionalista recibió para campañas electorales del 2006 y del 2011.
Por otra parte, el senador Adolfo Ferreiro (AP) opinó que optar por la imprescriptibilidad de los hechos de corrupción en realidad no cambiará la cuestión de fondo. Según detalló hace falta todo un cambio en el proceso judicial del país, donde está instalada la corrupción, y esto, según señaló, se logrará a través de una reforma de la Constitución Nacional y sobre todo, cuando se logre una mayor participación de la ciudadanía.