No hay quien se atreva a vaticinar resultado en Chile

El expresidente de derecha Sebastián Piñera (2010-2014) y el oficialista de centroizquierda Alejandro Guillier se disputan el próximo domingo la presidencia de Chile, en un balotaje cuyo resultado nadie se atreve a vaticinar. Sin encuestas certeras, después de la debacle de los pronósticos de la primera vuelta.

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SANTIAGO (AFP). La dispersión del voto en la primera vuelta del 19 de noviembre, en la que el auge de la izquierda radical del Frente Amplio, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país, fue la gran sorpresa, dificulta la victoria de Piñera y convierte en una incógnita el resultado de Guillier.

La victoria de uno u otro dependerá de lo que hagan los votantes del Frente Amplio, que dio libertad a sus seguidores, pese a que Beatriz Sánchez, la líder de la izquierda radical (tercera fuerza), anunció que lo hará por Guillier. 

El fantasma de la derrota comenzó a rondar en la cabeza de Piñera y su coalición de derecha ante el escenario adverso que se abre frente a la posible unión de todas las fuerzas de centroizquierda y que juntas sumarían el 55% de los votos para Guillier.

Con este panorama la cantidad de votantes –sobre un universo de 13,4 millones de electores– que acudan el domingo 17 a las urnas será vital en un país donde el voto es voluntario. 

Cuanto mayor sea la participación, más probabilidades tiene Guillier de ganar, según los analistas, ya que, a diferencia de Piñera, tiene más margen para recabar sufragios.

El sociólogo chileno Axel Callís asegura que “Piñera tiene que contener a los que ya votaron por él y captar los 500.000 votos que obtuvo el pinochetista Kast (7% en la primera vuelta) y al senador Manuel José Ossandón –de gran arrastre popular–, quien fue su rival en las primarias.

En la campaña por el balotaje. donde mostró más templanza, a Piñera se le ha visto más errático y disperso. Llegó a denunciar un posible fraude electoral en la primera vuelta que le valió una lluvia de críticas. 

La declaración en el primer debate de los presidenciables, el pasado jueves, de que muchos casos de niños transgénero “se corrigen” con la edad también levantó una polvareda de críticas contra el magnate, cuya fortuna está valorada en 2.700 millones de dólares por la revista Forbes.

En otro giro radical, Piñera también prometió mantener la gratuidad universitaria impulsada por la presidenta, la socialista Michelle Bachelet, pese a haber afirmado antes que “las cosas gratis generan menos compromiso”.

De menos a más 

En la vereda opuesta, el periodista y legislador Guillier fue creciéndose. Entre otras cosas prometió condonar al 40% más pobre las deudas del crédito estudiantil y dijo que en su gobierno “les meteremos la mano al bolsillo a quienes concentran el ingreso” para financiar la educación, una frase que la oposición utilizó para comparar un posible gobierno suyo con el régimen chavista de Venezuela.

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