Obama declara emergencia sanitaria por la gripe H1N1

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó una declaración de "emergencia nacional" sanitaria a causa de la epidemia de gripe H1N1, que causó hasta ahora es ese país más de mil muertos y unos 20.000 hospitalizados.

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WASHINGTON (ANSA).  La proclama, firmada en la noche del viernes, según informó ayer la Casa Blanca, permite acelerar los trámites burocráticos de los sistemas de cobertura médica federales en previsión de la oleada de personas que se presentarán en todo el país preocupados por síntomas de la enfermedad.

Con la gripe H1N1 extendida ya por 46 de los 50 estados norteamericanos, la decisión de la Casa Blanca facilitará la atención de los ancianos cubiertos por el seguro federal Medicare y los niños de las familias pobres que utilizan los beneficios del programa Medicaid.
 
Esta "proclamación –explicó el ejecutivo en un comunicado– mejorará la capacidad de las facilidades de tratamiento médico nacionales para gestionar el aumento de pacientes" afectados por la gripe.
 
Thomas Frieden, titular de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, informó que son alrededor de cien los niños que murieron a causa de la gripe H1N1.
 
Las autoridades médicas están en alerta, en particular porque la nueva variedad de la enfermedad está atacando a la población varios meses antes de lo previsto en el caso de la variedad tradicional de la gripe.

Como es costumbre cada año, millones de estadounidenses se vacunaron ya contra la gripe común (se estima que fueron alrededor de sesenta millones en lo que va del 2009), pero la escasez de la vacuna para la nueva versión H1N1 le está causando dolores de cabeza al gobierno de Obama.
 
Vacunas

Según  la cadena FoxNews, las autoridades federales esperaban tener 120 millones de dosis de la nueva vacuna listas para distribución a mediados de este mes, pero solamente lograron hacer circular unos 11 millones.

Para peor, la distribución de la vacuna está siendo acompañada por un alto índice de escepticismo entre los estadounidenses, que no están del todo convencidos de su eficacia frente a la nueva variedad de la gripe.

Por ejemplo, una encuesta difundida por el sitio de internet especializado HealthyWomen mostró que apenas una de cada cuatro mujeres embarazadas o madres primerizas –grupo prioritario en la campaña de prevención– planea vacunarse contra la gripe H1N1.

La encuesta, difundida esta semana, indicó que el 86% de las mujeres estadounidenses cree que la vacuna antigripal estacional es segura, mientras que solamente un 68% piensa lo mismo de la vacuna para el H1N1.

"La principal preocupación que existe entre las mujeres embarazadas a la hora de aplicarse la inyección contra la gripe H1N1 se basa sobre la creencia de que la vacuna no se ha probado con suficiencia", explicó la consultora Harris Interative, responsable de la encuesta.   

Mientras crecen los temores por el impacto de la H1N1, las autoridades sanitarias estadounidenses se preparan para la llegada de la temporada de la influenza tradicional, que cada año afecta a entre un 5 al 20% de la población y provoca alrededor de 200.000 hospitalizaciones por complicaciones propias de la enfermedad y cerca de 36.000 muertes.
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