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La suspensión que ordenó la Corte tiene como antecedente las actuaciones que tuvieron en la causa “Zulma Celestina Penayo s/ posesión y tráfico de sustancias estupefacientes”.
La “incongruencia” de la que habla la máxima instancia judicial para suspender a De Witte y Sanabria es por haber descartado que exista “tráfico de drogas”, no así la “posesión”.
Según la Sentencia Definitiva N° 97 de abril pasado, las juezas dieron como no probado el tráfico de cocaína, a pesar de que la mujer procesada tenía en su interior 28 cápsulas que había ingerido, cuando fue detenida en el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, con su pasaje con destino a Bilbao, España.
Igualmente, se constató que Penayo tenía 12 pastillas de dipirona para expulsar la droga que había ingerido.
A pesar de ello, De Witte y Sanabria dieron como no probado el tráfico de drogas.
La fiscala de la causa Gilda Villalba Tottil había cuestionado igualmente el argumento de las magistradas. Ambas indicaron que para que se configure el tráfico de drogas previamente la procesada tenía que estar inscripta en Aduanas, Ministerio de Salud y Senad.
Esta postura que beneficiaría a otros procesados por narcotráfico, fue duramente cuestionada por la fiscala Villalba Tottil, al punto de recusar a De Witte y Sanabria para que se aparten de atender el caso de drogas donde está acusado Carlos Antonio Viveros López, quien cayó junto a otras personas con un cargamento de cocaína de 370 kilos, en Concepción.
Antecedentes al Jurado
La Corte dispuso igualmente, remitir los antecedentes del caso al Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados para que analice si amerita o no abrir un proceso en dicha instancia. Las juezas percibirán el salario básico que es de G. 7 millones.