Donde se juntan el paraíso y la “civilización” asuncena

Uno de los sitios con mayor vocación paisajística de Asunción es Itapytãpunta. Su nombre se ha arraigado tanto en la memoria colectiva que hoy es un lugar emblemático de la Capital y oficialmente adoptado en la nomenclatura barrial. Lo primero que veían los conquistadores eran las “altas barrancas ribereñas” al llegar hacia la Bahía. Es el mirador del poniente que hoy clama por su revalorización.

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1. Itapytãpunta es uno de los barrios de Asunción que mantienen la nomenclatura basada en el criterio toponímico que relaciona esa parte de la ciudad con las características esenciales del paisaje y del entorno que le dan una identidad propia.

2. La zona es un símbolo de la expansión de Asunción a principios del siglo XX. Se ha consolidado al amparo de la instalación de industrias en los alrededores. Y aunque en la memoria colectiva abarque mucho más, su territorio se ha reducido al mínimo.

3. El barrio reúne todas las condiciones para convertirse en un punto turístico como mirador de la ciudad. Tiene la forma de un balcón o una terraza sobre el río, ideal para contemplar el paisaje abierto y los más bellos atardeceres. Sin embargo, está muy degradado.

Avistar las rojas barrancas de Itapytãpunta cuando solo se llegaba a estos lares por agua habría sido como decir “Asunción a la vista...”. La señal más clara de que el barco llegaba a destino.

Esta palabra es una deformación castellana del guaraní Itá Pytã Pu’ã (piedra roja erguida), dice Hipólito Sánchez Quell en sus “Comentarios”, y ha quedado grabado en la vida de nuestra ciudad. Es que es parte inconfundible de su geografía.

Lo ratifica Fulgencio R. Moreno: “(...) si bien los progresos de Asunción fueron un tanto sensibles desde el último cuarto del siglo XVIII, puede decirse que ellos se referían exclusivamente a sus condiciones económicas y el acrecentamiento de la población, sin que pudiera señalarse hasta entonces el menor indicio de transformación urbana. La ciudad conservaba íntegramente su antigua característica y su fisonomía tradicional: sus altas barrancas ribereñas al río, sus zanjones profundos y sus alcores arbolados (...)”.

Juan José Bosio Ciancio en “Encuentro con la Ciudad Escondida” explica que la presencia de Itá Pytã Punta, junto con los cerros de Lambaré y Tacumbú, geológicamente han jugado un papel importante en la formación de los remansos que contribuyeron al proceso de evolución de la Bahía y los Bañados de Asunción y de ahí su importancia natural y ambiental. 

Suburbio de Cachinga

El primer nombre que apareció en el mapa de toda la vasta zona oeste del Centro de Asunción cuando se expandió la población en las primeras décadas del siglo XX fue el “barrio Cachinga”. El actual barrio Itapytãpunta formó parte de los suburbios del populoso sector. Se desarrolló a raíz del aumento de la población y su emplazamiento hacia Puerto Sajonia y las industrias que se fueron instalando en la zona.

Dice Jorge Rubiani en su libro “Postales de la Asunción de Antaño” que no todos los lugares tradicionales de la ciudad llegaron a conformarse oficialmente en barrios y explica que la nomenclatura de nuestra Capital se había desvirtuado con otros procedimientos, distintos a la “naturaleza” de la ciudad. “Aquellos parajes no fueron entonces más que un conjunto de casas alrededor de alguna peculiaridad del terreno caracterizado...” Y dentro de este orden se ubica a Itá Pytã Punta.

“Zanja Soró e Itá Pytã Punta son enclaves ribereños al oeste de Asunción, depresión la primera y prominencia la segunda, próximos o coincidentes a una referencia concreta en los planos de Félix de Azara: las piedras de Santa Catalina. En sus proximidades también se asentaron baterías para la defensa de la ciudad”, precisa Rubiani.

De acuerdo con las ordenanzas que fijan la nomenclatura de Asunción, Itá Pytã Punta aparece como barrio en la Ordenanza 6.117 del año 1967 con los límites siguientes: Río Paraguay, Gobernador Irala y Cnel. Panchito López. Con los mismos límites pasa a la Ordenanza 10.811 en 1979.

En los actuales límites que aparece en el mapa interactivo oficial Itapytãpunta fue desmembrado; el triángulo donde se ubica Molinos Harineros del Paraguay quedó dentro del barrio Sajonia.

Al igual que el barrio Sajonia (abordado en la nota 2 de esta serie el pasado fin de semana), para el común de la gente y la memoria colectiva, Itapytãpunta excede los límites a los cuales está relegado. Por ejemplo, todas las publicaciones periodísticas entre la década del 60 hasta el 90 considera que los silos y el puerto de embarque y desembarque de trigo y harina de MHP son parte de Itapytãpunta. Mencionar el ingenio cerealero era sinónino del lugar. “Su complejo industrial de Itapytãpunta fue inaugurado en 1940 y desde entonces forma parte del paisaje edilicio de ese barrio”, sostiene Luis Verón.

También la desmotadora de algodón ITASA, ex Joaquín Grau, y las grandes instalaciones de las transnacionales de combustible Shell y ESSO siempre fueron consideradas como industrias ubicadas en el barrio Itapytãpunta. Hoy forman parte del extenso barrio vecino de San Antonio.

“En Itá Pytã Punta y Sajonia hay de todo –reservorios de gasolina, silos, depósitos, diques secos, barcos abandonados y más marinos– hay de todo pero nada que aproveche la excepcional prodigalidad del paisaje”, sostiene Gustavo Laterza Rivarola en su libro Historia del Municipio de Asunción. Añade que “todos los barrios conformados a partir de la década de los cuarenta presentan idénticas características con vías abruptamente interrumpidas, manzanas desproporcionadas, vericuetos, cul-de-sac y tape po’i inesperados que desatinan al taxista y duplican el trabajo del cartero”.

Todas estas industrias que dieron vida a ese sector de Asunción antaño, con el tiempo se convirtieron en el martirio para la vecindad hasta que fueron reacondicionados y adaptados a la tecnología no contaminante o en otros casos cerrados quedando sus locales abandonados. Hoy se pierden como una muestra del patrimonio edilicio y la era industrial que requiere preservación y puesta en valor para un nuevo uso.

pgomez@abc.com.py / lia.barrios@abc.com.py 

Fotos: David Quiroga y Arcenio Acuña

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