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Muy bien, seamos objetivos, señor ministro, analizando simple y llanamente los hechos. Históricamente el reclamo de aumento salarial indiscriminado al sector docente se ha concedido oportuna y exclusivamente en períodos electorales. Los aumentos durante las presidencias de Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo fueron del 19% y 20% justo antes de las elecciones.
Durante el gobierno de Luis Ángel González Macchi no hubo aumento, pero siendo Nicanor Duarte Frutos ministro de Educación se realizaban transferencias directas a los gremios de educadores que se encargaban de pagar salarios a los docentes. Así surgió el pago por medio de vales y proliferaron las asociaciones de educadores que en contubernio con prestamistas, y casas de electrodomésticos, se dedicaron a otorgar productos y servicios a los maestros por descuentos directos y eternos, con intereses ridículamente usurarios gracias a una maquiavélica estructura ideada para robar de manera flagrante y sistemática a los maestros, lo cual propició una serie de estafas que se siguen cometiendo con impunidad.
Hoy el ciclo se repite una vez más. En período electoral se hace el reclamo de aumento salarial docente y una vez más el Gobierno cede a un aumento populista sin los mínimos requisitos o exigencias a los beneficiados. Aquí no estamos discutiendo si los maestros merecen ganar más o no, claro que merecen ganar más, pero aquellos que realmente están comprometidos con la educación y no los que están al frente de los alumnos de manera oportunista por un salario fácil, acomodados por parientes o padrinos políticos.
Cuántos ilustres maestros, que se han dedicado a estudiar años de su vida, con títulos y maestrías, siguen siendo marginados por la falta de políticas públicas que realmente busquen la excelencia y no solo los votos. La reglamentación de la nueva Carta Orgánica que está a cargo del Ministerio de Educación y su cabeza, Enrique Riera, va a ser una muestra vital para saber si continuarán con la estructura política partidaria en el seno del ministerio o por primera vez se implementará la meritocracia, a través de concursos públicos de oposición para ocupar las vitales direcciones generales del Ministerio de Educación.
Hoy podemos decir, objetivamente, que el 40% de aumento del presupuesto de Educación será exclusivamente para pagar salarios. No habrá para infraestructura, no habrá para inversión en calidad educativa, y está en duda que se incluya presupuesto para escalafón docente que significa el pago de más porcentaje salarial a los maestros que se capacitan. Todos ganarán lo mismo, algunos con mérito y otros sin mérito alguno.
Más del 90% del presupuesto de Educación está destinado a pagar salarios y el principal motivo de esta descomunal situación son los intereses políticos que están dispuestos a cazar votos a costa de la mediocridad de nuestra educación pública, una responsabilidad compartida con los gremios de educadores, que no dan una sola muestra de impulsar, exigir y apoyar la meritocracia en el ámbito de la docencia.
Creo subjetivamente que el ministro Enrique Riera ha sido valiente al aceptar un cargo por menor paga y de una institución responsable de que seamos el país con la peor educación de la región, pero objetivamente no creo que sea tan ingenuo para obviar que el MEC es la mayor plataforma electoralista. Sus acciones lo demuestran, señor ministro. Está haciendo campaña dura y pura para su partido. Ya no se ofenda si se lo mencionamos. Seamos objetivos, señor ministro, y coherentes...
leticia.barrios@abc.com.py