“Lacres” en oferta

El episodio del senador colorado Carlos “Lacre” Núñez, a quien el presidente Horacio Cartes llevó la semana pasada de paseo a París para que no haya quorum en la sesión del Senado y se sancione en forma automática la polémica ley de concesión a Tape Porã, saca a la luz una metodología que utiliza y utilizará en forma recurrente.

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Eso se hará más evidente en los próximos días porque estarán en juego varios cargos políticos claves que se deben negociar en el Congreso.

No es que el Mandatario haya empezado a aplicar ahora esa clase de maniobras. En realidad, las viene utilizando desde antes de asumir el cargo. La diferencia es que a partir de ahora ya no le importa demasiado dejarlo en evidencia.

El senador Núñez, que cobró notoriedad cuando en una sesión de su cámara descalificó a los travestis llamándolos “lacres de la sociedad” (sic) también revela el lamentable nivel cultural y moral de algunos legisladores. Se escandalizan por cuestiones que presuntamente van “contra las buenas costumbres”, pero no tienen empacho en vender sus principios y su dignidad (en el supuesto que la tuvieran) por un viaje a Europa y por un cargo para un hermano. Esas sí son lacras de la sociedad que, para más, ostentan el cargo de representantes del pueblo.

En el escenario que se abre para los últimos dos años de su mandato, Cartes precisará seguramente de otros “lacres” para llevar adelante sus planes. La duda es hasta dónde puede llevar las cosas.

La disputa política inmediata se concentra en la presidencia del Senado, un espacio donde, a cualquier costo, el presidente quiere evitar sea ocupado por un disidente del Partido Colorado. Está dispuesto a respaldar inclusive a un opositor para presidente antes de dejar que tome el mando del Poder Legislativo un senador de su partido que no responda a sus directivas.

La lógica que se maneja en el ambiente es que algunos senadores liberales no se juegan nada en esta disputa en el Congreso. Es decir, no tienen un proyecto con vistas al 2018, por lo cual les da lo mismo aliarse ahora con Cartes o con quien sea.

Sin embargo, para los colorados será muy costoso, en términos políticos, seguir una eventual orden presidencial de votar a un liberal para presidente del Congreso.

En la negociación, como es habitual en estos casos, están involucrados varios cargos: la Contraloría General, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y la representación del Senado ante el Consejo de la Magistratura.

La complejidad de llegar a un acuerdo hará, casi con seguridad, que el pacto que se necesita pase para después de las elecciones internas del PLRA del 26 de junio, momento en que estará clara la relación de fuerzas en ese partido y se podría imponer un voto de bloque.

El Presidente precisa ganar en esta disputa política y también dar muestras contundentes de gestión. Por eso se jugó como lo hizo por el proyecto sobre Tape Porã en el Senado y está haciendo lo mismo en la Cámara de Diputados, para asegurar el plan de construcción de mil viviendas en un terreno del Ministerio de Defensa, en el barrio de Zeballos Cue. Estos proyectos, sí o sí, tienen que estar listos para antes de fin de año, de manera a allanar el camino del proyecto político de continuismo que se pretenderá instalar.

No obstante, las urgencias del Mandatario pueden comenzar a abrir frentes peligrosos e imprevistos. Si debe aplicar en forma reiterada el “método” utilizado con el senador Núñez, las exigencias de algunos políticos de su partido irán en aumento y puede crear la sensación de que él está dispuesto a hacer cualquier cosa para conservar el poder. Algo que en el corto plazo terminará de echar por tierra la imagen de ser distinto a los políticos tradicionales que había querido dar.

mcaceres@abc.com.py

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