Los buitres del Paraguay

Tiene una extraordinaria velocidad y capacidad de hacer piruetas al volar, cuenta con un olfato sumamente desarrollado, ya que sus fosas nasales se encuentran ensanchadas de manera longitudinal y sin tabiques llegan al más recóndito sitio merced a su enorme visión, al carecer de la siringe, que es el órgano vocal de las aves, no tiene voz y se pega un banquete con cualquier tipo de cadáveres. Hablamos del buitre americano Coragyps atratus, el cuervo o el yryvu en nuestro idioma guaraní.

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Una reseña de Arnaldo Valdovinos extrae que la literatura folclórica brasileña comenta de una gran fiesta organizada por la Virgen en el cielo. Fueron invitados los animales de la tierra y no todos podían trasladarse por medios propios por lo que se decidió que los animales alados debían transportar a los otros. A nuestro yryvu correspondió llevarle a la lenta tortuga. Ya en pleno viaje el yryvu soltó a la tortuga y cuando esta cayó a tierra no ocurrió su muerte, pero su caparazón se rompió en varios pedazos. Lo ocurrido armó indignación general entre todos los que llegaron a la fiesta y la Virgen ordenó a un enviado celestial soldar todas las roturas del caparazón cuyas huellas pueden observarse hasta hoy y también la Virgen resolvió que el maligno yryvu quede condenado a comer de por vida exclusivamente cadáveres.

Si alguna ventaja tendríamos que entregarle a nuestro yryvu debe ser el aporte sanitario que realiza al hacer desaparecer rápidamente a los fétidos olores que se desparraman en el campo con la muerte de algún ganado vacuno o sirve de pyrague al ganadero avisando el sitio donde el abigeo carneó su buena vaquilla o revelar el lugar exacto de la muerte de algún ganado dentro del establecimiento ganadero.

El disparo de alguna escopeta también llega a sus potentes oídos e, inteligentemente, un grupo de yryvu ya se acerca al sitio ante la posibilidad de compartir la presa del cazador. Este jamás dispara al yryvu, dicen que acarrea la mala suerte y que el arma queda inutilizada para siempre. Además, nadie quiere regresar con un yryvu como presa.

En la Argentina se habla del “fondo buitre” que no es más que un fondo de capital de riesgo o fondo de inversión libre que invierte en una deuda o compromiso de una entidad que se encuentra al borde de la quiebra. Es comprar la deuda del Estado o de empresas al 20 o 30 % de su valor para luego cobrar el 100%. La figura del buitre representa a esos inversores que sobrevuelan sobre el resto de alguna empresa o sobre las deudas soberanas de un Estado deudor.

En este país el yryvu se viste de niñera, de caseros de casas de campo, de las perlitas médicas de muchos turnos y sin nada de pacientes. Los buitres criollos de presentan como fotocopiadores, ascensoristas y especialistas en comprar e inflar coquitos y croquetas.

Están los parlamentarios yryvu que instalan a toda la parentela y los que vuelan sin ton ni son a otros continentes para caer con sus agudos y pestilentes picos sobre el pasaje y el suculento viático. Por fin “descubrieron” la apestosa osamenta que siguen socavando los anteriores y actuales directivos de la Unves de Villarrica, debiendo hacer lo mismo en las rapiñeras universidades nacionales de Pilar y Concepción. Sus cuervos son vergonzosos.

Están los que se disfrazan de empresarios y rapiñan azucareras para que el clásico populismo paraguayo se ingenie para pagar la plata dulce robada. Está el que pide millones para tapar el “daño moral” después de embromarle a toda la ciudadanía paraguaya y el buitre voluntario a quien debe pagarse millones por su retiro laboral a dos meses de su jubilación. El Paraguay tiene muchos buitres y cada vez hay más.

En Villarrica hay uno que usurpó el Parque Ykua Pytã para venderlo en millones y querer convertirlo en un supermercado, en contubernio con otros buitres guaireños y asuncenos a quienes estos putrefactos actos ni asco le dan...

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