Transmitir valores

Una de las fiestas más celebradas del año es, sin duda, el Día de la Madre. Cada 15 de mayo, fiestas patrias, hijos, nietos, nueras, yernos, sobrinos y ahijados, se reúnen en torno a la mesa, para saborear ricos platos, escuchar músicas alusivas al día, recitar, cantar y bailar. Realmente es un día especial y muy feliz para todas las mamás.

Cargando...

Se eligió bien esa fecha, porque la patria se asemeja a la mujer que nos dio la vida y con quien nos sentimos identificados. Ambas, merecen nuestro mayor respeto y todo el amor que podamos prodigarle. Aparte del gran festejo y los regalos que reciben las madres, es un acontecimiento que nos llama a la reflexión, porque ellas son las educadoras, las formadoras, guías y maestras insustituibles de los hijos. Es un rol que no se puede delegar a otras personas.

Claro que en la familia, educar corresponde a papá y a mamá. Sobre todo, si se trata de transmitir los valores como el amor, el respeto, la tolerancia, la disciplina y la honestidad. Lastimosamente, en nuestra sociedad, todavía hay muchos casos de paternidad irresponsable, donde los varones abandonan a sus mujeres embarazadas o con hijos, y se desentienden de sus compromisos para satisfacer las necesidades de los niños. Las leyes que amparan a los chicos casi no se cumplen. Entonces, las madres se encuentran con miles de inconvenientes y no pueden criar en forma adecuada a sus hijos.

Las mujeres tenemos que usar toda nuestra capacidad mental y sabiduría para enfrentarnos a los retos que imponen los tiempos actuales. Verdaderamente, nos corresponde una tarea difícil, ya que tenemos que salir a trabajar, para aportar en el hogar. Nos partimos en mil pedazos, porque hay que realizar un acompañamiento permanente a los hijos. Estar en las reuniones de escuelas y colegios, colaborar en los trabajos prácticos, llevarles a las clases de idiomas, guitarras o danzas. Contener emocionalmente y actuar de consejeras, por más que nos traten de plagueonas.

La cosa no es fácil cuando tenemos que dar verdaderas cátedras sobre la educación sexual, el uso de los anticonceptivos y el peligro de las drogas o las enfermedades transmisibles como el sida. Claro, que muchos dejan a los colegios o los medios de comunicación para que realicen estas labores, pero son los padres, los que tienen la responsabilidad de dialogar e informar a los hijos acerca de esos temas, aunque ellos piensen que saben mucho más que los progenitores, pues en el teléfono, poseen todos los datos.

En la actualidad, nos corresponde lidiar contra la sociedad de consumo que impone, propone y ofrece falsos valores. Nos toca luchar contra la pornografía, las drogas y toda clase de problemas sociales que nuestros padres y abuelos no conocieron. La inseguridad que sufrimos, es también un tema que nos agobia.

Superar todo esto, es imposible, si nos encontramos solas. Aparte de amor, tiempo y voluntad, necesitamos paciencia, fortaleza moral y sabiduría. Solamente Dios puede darnos dones y talentos para cumplir con esta sagrada misión de ser madres, ya que un día, el Altísimo nos pedirá las cuentas. Y supongo que también lo requerirán a los padres.

Nuestros abuelos, necesitaron muy pocos recursos económicos para criar bien a sus hijos y dar a la patria personas buenas, trabajadoras, decentes y valiosas. Hoy, con la tecnología y todas las comodidades que simplifican la vida, parece que la cuestión no es tan sencilla. Los problemas sociales, familiares y psicológicos, son innumerables y ni hablemos de la violencia, especialmente de los casos de feminicidios que se registran a diario. Para todo eso, solo tenemos que usar la inteligencia, seguir transmitiendo los valores morales y cristianos, contra viento y marea. Y sobre todo, con un gran corazón, como toda madre, lo sabe hacer con mucho amor.

blila.gayoso@hotmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...