Allanan casa de supuesto testaferro de José Ibáñez

El agente de la Unidad de Delitos Económicos explicó que se constituyó con una comitiva en un domicilio ubicado en Villa Elisa (Tulipanes Nº 101 casi Orquídeas, barrio Rosedal), donde reside Esperanza Jara, funcionario de la Cámara de Diputados.

Fernández quería hacerse con algún documento original del expediente abierto en el Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) que determinó adjudicar a Esperanza las 3.999 hectáreas ubicadas en Infante Rivarola, Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, pero no lo logró.

Con relación al allanamiento, el fiscal explicó: “Fuimos a incautar documentos vinculados con la adjudicación del inmueble y para constatar las condiciones económicas de la vivienda”.

Asimismo, agregó: “Por un lado, realizamos la constatación del lugar con tomas fotográficas y, por otro, encontramos varios documentos vinculados con la solicitud de adjudicación. La idea era ver si Esperanza contaba con los documentos originales, ya que en el Indert se extravió el expediente y cuentan solamente con copias del mismo. Sin embargo, el funcionario del diputado contaba solamente con copias”, especificó Fernández.

El investigador aguarda, por otra parte, informes que solicitó a varias entidades y anunció que en caso de no recibir la colaboración requerida, se tomarán las medidas que sean necesarias.

El representante del Ministerio Público indaga los hechos punibles de estafa y enriquecimiento ilícito. De esta forma, la pesquisa apunta a determinar primero si el precio abonado por las 3.999 hectáreas y las mejoras que debían introducirse como principal requerimiento, de G. 2.761.780.000, es el correcto.

A su vez, la condición económica de Esperanza es objeto de análisis debido a que como funcionario de la Cámara Baja (a cargo del diputado Néstor Ferrer), solo percibe un salario de G. 3 millones, por lo que podría haber incurrido en enriquecimiento ilícito.

Lo que en realidad se cree es que se trata de un supuesto testaferro del diputado José María Ibáñez, quien reconoció en un primer momento que el funcionario era su “secretario”. Esta teoría se refuerza teniendo en cuenta que las hectáreas adjudicadas por el Indert fueron bautizadas luego como “estancia Victoria”, nombre de una de las hijas de Ibáñez.