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El comisario general inspector Luis Alberto Mareco Torres, quien dirige al contingente policial desplegado en el Norte tras el asesinato de los suboficiales Adalberto Candia Sanabria (44) y Egidio Ramón Chávez (32), cuestionó ayer en Santa Rosa del Aguaray las declaraciones del general de Ejército Luis Gonzaga Garcete Espínola, jefe de las FF.MM. “No puedo justificar lo que él mencionó; seguramente él es responsable de lo que dijo, pero yo digo que es una declaración que está un poco fuera de lugar”.
Seguidamente, mencionó que la Policía no comparte esa visión del comandante militar, porque se trató de “un caso lamentable”. También avisó que “el policía no está solamente para morir en actos de servicio”. El general Garcete Espínola formuló dichas declaraciones el miércoles último tras la jornada con el presidente Horacio Cartes en el Comando en Jefe.
El general, al ser abordado por la prensa sobre la ejecución de los dos agentes del puesto policial N° 19 de la colonia Aguará de Amambay, había puesto como ejemplo que “en Colombia mueren de un sopetón 18 a 20 personas en una explosión. Acá mueren dos, es normal”, dijo Garcete Espínola con referencia al crimen perpetrado por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en el camino que une Santa Rosa del Aguaray con Capitán Bado.
Después, el militar incluso había agregado que los dos policías murieron por un descuido y hasta atribuyó el atentado del EPP a un “error humano” de las víctimas.
El entredicho que se produjo entre ambos jefes, a la vez, evidenció la falta de “sintonía” entre ambas fuerzas y desató un nuevo roce en la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), bloque conformado justamente por policías y militares que combaten inútilmente al EPP en la zona norte del país.
“Un duro golpe”
El comisario Juan Carlos Cabrera Báez, jefe del puesto policial de la colonia Aguará y de los dos suboficiales asesinados por el EPP, prestó ayer una declaración testifical en la Fiscalía de Santa Rosa del Aguaray. Al término, dijo que “hasta ahora no puedo asimilar lo ocurrido, es un golpe muy duro para mí y para toda la familia policial”. Advirtió que la muerte de sus agentes no va a amilanar el espíritu de la Policía.