/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/TPRQDW6SYJCARCJOUR3NC5WX5Q.jpg)
Cargando...
CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Además de agradecer por la liberación con vida del menor Arlan Fick Bremm (17), en la misa central de ayer en el Santuario Nacional de Caacupé también se oró por el policía Edelio Morínigo Florenciano (25), quien sigue cautivo en poder del EPP.
De la celebración litúrgica participaron, entre otros, el nuncio apostólico Eliseo Ariotti, el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela; Mons. Claudio Silvero, Mons. Ricardo Valenzuela y Mons. Claudio Giménez.
La misa fue presidida por el obispo de Concepción y Amambay, Mons. Miguel Ángel Cabello, quien destacó la profunda vivencia de fe de la familia de Arlan.
En declaraciones a la prensa, Mons. Cabello señaló que la liberación de Arlan sigue teniendo su precio, porque es así como se manejan estos grupos, en referencia al EPP, que “sugirió” al menor antes de dejarlo libre que repartiera 100 canastas navideñas en uno de sus bastiones, el asentamiento Nueva Fortuna de la localidad concepcionera de Kurusu de Hierro.
Resaltó que aún hace falta una mayor presencia del Estado en la zona Norte del país, en todos los sentidos, para desalentar el apoyo a las bandas terroristas EPP y ACA.
Sobre el trabajo de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), declaró que “hay que reconocer que los militares y policías no están entrenados ni preparados para realizar trabajos en el monte, especialmente en horario nocturno, por ser un área bastante difícil”.
Con relación a la intención de la familia Fick Bremm de participar ayer en la misa de Caacupé, Cabello dijo que querían hacerlo de incógnito, por lo que no descartó que hayan estado presentes en la eucaristía, aunque oficialmente se sabe que Arlan, sus padres y hermanas no asistieron.
Durante la homilía, Mons. Cabello expresó el profundo rechazo de la Iglesia a tantos atentados contra la vida, como los secuestros, los homicidios con fines de robo, sicariatos, ajustes de cuentas, limpieza de evidencias o simplemente para acallar la voz de justas denuncias y reclamos.