Centenario de una sonora Catedral

Este 2021 se cumplieron los 100 años del estreno de una obra emblemática para guitarra, composición que ha recorrido el mundo y es admirada en cuanto auditorio se ejecute. Se trata de La Catedral, de Agustín Pío Barrios “Mangoré”, obra musical en tres movimientos.

Casa Bicentenario de la Música.
Casa Bicentenario de la Música.Virgilio Vera, ABC Color

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“Creo que la primera vez que la escuché fue en mi adolescencia en Villarrica. En esa época, todavía no existía ese movimiento fuerte de revalorización que tuvo la música de Barrios en Paraguay en décadas posteriores”, confiesa el maestro de Orquesta Diego Sánchez Haase. Cuenta que en aquellos años él también estaba descubriendo a Bach, tocando algunos de los preludios de El clave bien temperado y, cuando escuchó el Allegro Solemne de La Catedral, algo le llamó la atención, porque le recordaba a aquellos preludios de Bach que solía tocar en el piano. “Luego, cuando fui a estudiar a Alemania, en la época en que el CD entraba en su apogeo, me impresionó ver en una casa de música de Stuttgart, que al igual que Beethoven, Bach, Mozart y otros clásicos universales había un lugar dedicado a la música de Barrios. Allí compré un disco de un guitarrista alemán que contenía solo música de Mangoré, y su versión de La Catedral me impresionó. La escuché mil veces y desde entonces me quedé ‘prendido’ con esta obra maestra”, anécdota que retrata a la perfección lo que esta obra provoca.

Sánchez Haase explica que con La Catedral ha incursionado en un aspecto poco cultivado de la actividad musical: el de la transcripción, tarea que es muy útil para adquirir herramientas para la composición (Barrios mismo practicó bastante la transcripción), dice. “Cuando me especialicé en la música de Bach, obviamente me sentí muy atraído por el clavecín. Incluso, pude comprarme un instrumento propio. Un día, escuchando La Catedral me planteé leer la partitura guitarrística directamente al clavecín. Me llamó la atención que la misma era bastante ‘clavecinística’. Entonces, decidí transcribirla para clavecín con otras obras de Barrios, respetando al máximo la escritura original de Mangoré”.

Sánchez Haase le comentó esto al editor italiano Vincenzo Pocci, quien había publicado anteriormente las obras del maestro para guitarra, y se ofreció a publicar estas transcripciones con su editorial italiana y así lo hicieron. “Luego, a principios del 2010, el colega y amigo Daniel Luzko, compositor encarnaceno radicado hace muchos años en California, me invitó a ofrecer un concierto en el auditorio de la universidad donde él enseña en Irvine, e inaugurar el clavecín que recién habían hecho construir para la universidad. Aproveché aquella ocasión para grabar mis transcripciones de La Catedral y de las otras obras de Barrios, y que posteriormente fueron publicadas en el disco Sonata paraguaya, de la OSIC, en el 2016″.

Más tarde, también descubrió la versión que hizo el músico italiano radicado en Argentina José Bragato para guitarra y orquesta de cuerdas, y la interpretó muchas veces, entre ellas con la Sinfónica Nacional de Argentina, la Orquesta Sinfónica del Congreso, el Bach Collegium de Asunción y varias otras, con destacados solistas como José Carlos Cabrera y Javier Acosta Giangreco. La maravillosa obra también lo inspiró a escribir artículos sobre sus diferentes aspectos tanto musicales como históricos.

Un poco de historia de La Catedral

Barrios estrena La Catedral en abril de 1921 en Montevideo, en su configuración original de dos movimientos (el Andante Religioso y el Allegro Solemne; recién dieciocho años después se agregó el Preludio), comenta Sánchez Haase y agrega que por aquella época Barrios estaba por cumplir 36 años. “Existen muchas conjeturas con respecto a lo que inspiró a Barrios a componer esta pieza. Algunos dicen que fue el sonido de las campanas de la catedral de Montevideo, y otros sostienen que aparentemente entró a una catedral, y en ese momento el organista estaba interpretando una obra de Bach (algunos dicen específicamente “un coral de Bach”), y que eso impresionó a Barrios. No sabemos, y creo que no lo sabremos nunca, cuál fue esa catedral que lo inspiró”.

Aparentemente en 1921 la catedral de Montevideo aún no tenía órgano y, el error en el que incurre el biógrafo Richard Stover en su primera edición de Seis rayos de plata (biografía de Barrios) es señalar que la catedral a la cual accedió Barrios en el momento en que el organista estaba tocando una pieza de Bach fue la de San José de Montevideo” (no existe una catedral de San José en la capital uruguaya). Puede, sin embargo, conducir a pensar que pudo haber sido la catedral de San José de Mayo, una ciudad distante 95 kilómetros de Montevideo, cuyas campanas pueden ser escuchadas desde lejos, y que ya tenía un órgano desde 1914. “A mí me llama la atención también el hecho de que la melodía del célebre coral O Haupt voll Blut und Wunden, que Bach utiliza nada menos que cinco veces en La Pasión según San Mateo, cuadra perfectamente en las armonías que Barrios escribió en los compases 3 al 6, del Andante Religioso, de La Catedral. Sin embargo, todo es conjetura, puesto que aparentemente Barrios no dejó nada escrito sobre su inspiración para componer esta gran obra”.

El experto también señala que Barrios fue influido por varios compositores, además de Bach y en esta monumental obra utiliza elementos (procedimientos melódicos, armónicos y estructurales) que se ven en la música de Bach, especialmente de El clave bien temperado, que Bach compuso unos 200 años antes. Otro rasgo interesante del que se habla muy poco; el uso –consciente o no– de figuras de la retórica musical que eran comunes en la música de Bach y en la música anterior a Bach, figuras como la anábasis, circulatio, exclamatio, lamento y otras, son utilizadas por Barrios en La Catedral.

Mangoré dejó huellas importantes, principalmente en aspectos más técnicos de la ejecución guitarrística, y explotó a fondo las posibilidades del instrumento y este dominio técnico le permitió componer piezas de altas exigencias, en las que la técnica es siempre una herramienta que está al servicio de la música, y no –como a veces ocurre– la música al servicio del lucimiento técnico.

Homenajes varios a La Catedral en este año

A Sánchez Haase se le ocurrió diseñar este año una “Residencia de compositores de la OSIC”, a fin de estimular la creación musical entre los músicos integrantes de la orquesta. Para ello fueron seleccionados cuatro compositores que han escrito obras inspiradas en algún elemento –ya sea musical o extramusical– de La Catedral. “Estos jóvenes compositores tuvieron la oportunidad de trabajar directamente con los ensambles que les hemos asignado, durante dos meses, para explorar nuevas sonoridades, experimentar y conocer nuevos caminos sonoros a partir de La Catedral con resultado muy satisfactorio, por lo que se hará cada año”, manifiesta.

En su primer concierto de la Temporada Oficial 2021, del pasado 15 de abril, bajo el nombre de Los ecos de La Catedral, se han presentado las obras de tres mujeres compositoras: Fátima Abramo, María Eugenia Benítez y Mar Pérez, ante un reducido público, por la pandemia, pero que multiplicó sus aplausos.

Más info: Instagram: @diegosanchezhaase / Facebook: Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional del Paraguay

Un himno para Berta Rojas

Si pensamos en alguien al escuchar esta composición es en Berta Rojas, excelsa guitarrista que ha ejecutado esta pieza en tantas ocasiones con la mayor de las sensibilidades. Ella recuerda vívidamente la primera vez que vio un manuscrito de La Catedral en las clases particulares que tomaba con el maestro Abel Carlevaro, en Uruguay. “En el apartamento de 18 de Julio y Requena, donde el maestro daba clases, vi por vez primera la caligrafía de Barrios. Era un manuscrito del año 1921 que produjo una marca indeleble en mí. Hoy, ese manuscrito se encuentra en Paraguay como parte de la colección de Jorge Gross Brown. Es la versión primera, con dos movimientos, un ‘díptico religioso’, como Agustín Barrios le llamara”.

Para Berta Rojas, toda la obra de Barrios le abrió un camino: “Había un público que ansiaba escuchar la obra de Barrios y el toque quizás diferente de alguien que tuviera las suelas de sus zapatos teñidos de tierra roja, parecía alimentar el imaginario del público”. La Catedral le habla, dice, se renueva, siempre inspira y nunca dejó de hacerlo.

Una ocasión memorable que la guitarrista pueda elegir sería la hermosa sala del Globe en Londres, donde el maestro John Williams le dio el honor de compartir un escenario. “Quizás La Catedral de esa noche sea la que muestre el camino recorrido, desde la niña que escuchó el disco de Williams dedicado a Barrios y pensaba ‘no se puede tocar mejor esta música tan hermosa’, y un día, conocer al intérprete de ese disco y compartir esa noche. No hay palabras…”.

Berta cuenta que, para ella, el Andante Religioso con sus campanadas tan creativamente plasmadas por Barrios, explorando el recurso conocido como “campanella” es realmente magistral: “Es un drama que se desarrolla y resuelve llevándote imaginariamente al espacio místico de esa catedral a la que Barrios rinde tributo”. Si bien es una pieza que requiere de una gran destreza técnica, el guitarrista no debe dejarse llevar por esto; poder retrotraerse de lo atractivo que resulta dejar los dedos “volar” para hacer música con ellos es esencial, “es allí donde La Catedral se abre al músico que se entrega a su belleza, y va al encuentro de la pluma inspirada del gran maestro”.

Se trata de una composición que trascendió tiempo y fronteras y es materia obligada en el estudio de la guitarra clásica. Rojas defiende la idea de que el público le dio ese lugar. “No hay dos piezas como La Catedral”, enfatiza y agrega que, si bien es común que existan guitarristas y músicos quienes estudian y crean buscando el éxito, su intuición le dice que la búsqueda de Barrios ha sido encontrarse con la poesía dentro de sí mismo y sacar lo que tenía adentro porque no lo podía guardar. “Esa necesidad de expresión tan honesta, creo que marca una distancia con Barrios y muchos otros. Por otra parte, él era un gran virtuoso que escribía con la guitarra en mano; luego sus obras son ejercicios de virtuosismo en sí mismas. Como toda obra de arte es susceptible de trascender y perdurar, y es justamente lo que ocurrió con esta obra”.

La vida de Berta ha tenido infinitas instancias de homenaje a la obra de Barrios y a La Catedral y aclara que, esta vez, el homenaje le toca a los más jóvenes, y a ella, aplaudirlos.

Más info: Instagram: @bertarojasb / Facebook: Berta Rojas

Web: www.bertarojas.com

Estudiar la riqueza de la creación de Mangoré

Otro gran exponente de la guitarra clásica es Luz María Bobadilla. Ella empezó de muy niña a estudiar guitarra y fue tomando conciencia gradualmente de la riqueza del repertorio de la guitarra y de las dificultades que requería cada etapa que iba superando. Relata que la obra soñada para estudiar y ejecutar era, sin lugar a dudas, La Catedral. Pero esperó tener los conocimientos musicales suficientes para poder analizarla e interpretarla tanto con solvencia técnica como teórica. La incorporó a su repertorio para el último examen del profesorado superior, y desde entonces siempre la incluye en sus conciertos y como tema de análisis en las clases magistrales que ofrece en numerosas universidades de América, Europa y Asia.

“Entre las obras de Barrios, La Catedral, en particular, es como la obra que marca un antes y un después en la vida de un guitarrista”, comenta Luz María, y agrega que tuvo la oportunidad de tocarla con orquesta de cámara en varias ocasiones y versiones, en su CD Barrios hoy, el disco del Bicentenario, la incluye en una versión muy diferente a todas, con una orquestación a cargo del maestro Carlos Schvartzman para guitarra, piano, percusión, flauta y cuerdas.

También la interpretó y grabó en una versión para guitarra y piano, junto al pianista costarricense Manuel Obregón, pero recuerda la performance en especial, como la que tuvo en la iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes (Grecia); en Costa Rica, “como quizás Barrios la sintió”, a dúo con Manuel Obregón, él interpretando en un órgano de tubo y Luz María en la guitarra, con un estudio de grabación llevado al lugar “para hacer esa toma maravillosa, con una sonoridad única, que la tengo grabada y es inédita, nunca salió a la luz. Quizás está esperando un año especial como este, para ser difundido”, dice.

La prolífica intérprete opina que la obra en cuestión cobra sentido en su dimensión plena al cerrar el círculo con el acorde final. “Destaco la manera en la que Barrios trasporta a tan solo seis cuerdas, una idea musical, por qué no decirlo orquestal”.

Preludio, Andante, Allegro de La Catedral

El Preludio en si menor –subtitulado Saudade– fue compuesto separadamente de los demás movimientos, en La Habana, Cuba, en 1938, y a partir de 1939 Barrios adhirió este preludio como un prefacio a los otros dos movimientos compuestos anteriormente, registrados como Díptico Sacro, explica Luz María, y agrega que algunos guitarristas no consideran al Preludio como parte de la misma obra; sin embargo, es importante tener en cuenta que el mismo Barrios lo interpretó como un todo desde su creación. “Una característica de Barrios como creador es que nunca ‘reutilizaba’ un mismo motivo rítmico o melódico en obras diferentes. Por otro lado, en la primera mitad del siglo XX, estaba muy en boga en Europa el estereotipo de ‘Música erudita de importancia’, por lo general de tres movimientos. Por lo que resulta claro que Barrios quisiera ‘completar’ su ‘obra maestra’ convirtiéndola en una de tres movimientos”, sugiere Bobadilla.

La guitarrista comenta que una prueba clara de que el preludio compuesto en La Habana no es una obra pensada de manera aislada es que en toda la línea melódica toma como motivo rítmico el bajo de la segunda sección y la coda del tercer movimiento, dando una completa unidad estructural que da capo a fine rememoran al oyente esas campanadas que, según cuenta la leyenda, inspiraron a la obra.

El Conservatorio de Música Agustín Barrios del Instituto Municipal de Arte de Asunción, donde Bobadilla es la actual directora, llevará adelante varias actividades con el objetivo de difundir, desde la formación académica, la obra de Barrios, en especial La Catedral, en este año.

Más info: Instagram: @luzmariabobadilla / Facebook: Luz María Bobadilla, guitarrista

Casa Bicentenario de la Música Agustín Pío Barrios

En la Casa Bicentenario de la Música Agustín Pío Barrios (Cerro Corá 848) existe una sala íntegramente dedicada al músico, en la que se pueden apreciar variados documentos históricos pertenecientes a Mangoré, así como archivos fotográficos y una guitarra que utilizó entre 1911 y 1915.

Más info: Facebook: Casa Bicentenario de la Música Agustín Pío Barrios

alba.acosta@abc.com.py

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