Mabel Rehnfeldt, la Menina Veneno de los domingos

Desde sus inicios en el periodismo ella soñaba con hacer un programa de música brasileña. Ese anhelo esperó 40 años para darse desde el próximo 4 de junio. La mañana dominical, la que despertará a la gente con los rayos del sol y un aromático café –tal vez con canela– será la de Mabel Renhfeldt, una Menina Veneno que habla de su pasión por este género musical con el que nos sorprenderá por la radio ABC FM 98.5

Desde el domingo 4 de junio Mabel Rehnfeldt nos deleitará con Menina Veneno.
Desde el domingo 4 de junio Mabel Rehnfeldt nos deleitará con Menina Veneno.Gentileza

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Ella es una mujer muy especial en la vida de los paraguayos, la “alacrana” que nos trae las noticias, nos cuenta sin pelos en la lengua y nos hace caer en la cuenta de cuán importantes son. Es la voz de todos, la que grita de rabia y a la vez pone un poco de humor para arrancarnos una risa con sus ocurrencias durante toda la semana. Ahora, los domingos compartirá con nosotros su afición por la música para deleitarnos, desestresarnos y cargarnos nuevamente las pilas para los lunes. Mabel Rehnfeldt habla con ABC Revista.

–¿Cómo fue para que surja un programa de música brasileña en la FM con la señora Mabel Rehnfeldt?

–Muchos dicen que nuestra misión de vida está en tener hijos, plantar árboles y escribir libros; yo le sumo que siempre soñé con hacer música brasileña, desde la década del 80. En 1983 empecé a hacer periodismo escrito, pero recién en 1998, un buen día, llegué a la radio. O la radio llegó a mí, pero siempre era AM y cuando tocó FM, hicimos con Robert Lemos un “matrimonio radial” que quiso mucho la gente, una costumbre de amaneceres y luego los mediodías. Pero seguía sin ser música brasileña. La pandemia tocó a mi puerta y me cambió la vida. Me obligó a hacer algo que no me gusta (la tv) y sumar la AM sin largar las investigaciones, el impreso y sin dejar de apoyar lo digital… Y me fui de la FM. Y una vez más renuncié a mis propios sueños, seguí sin hacer aquella vieja utopía de la música, mi voz y yo.

–Pero los sueños soñados –valga la redundancia– con tanta pasión, alguna vez se cumplen...

–He aquí que 40 años después, más o menos, mi sueño está llegando. ¿Pueden creer? ¡Falta poco para empezar y yo todavía sigo dudando! ¿Podré con esto? Una vez a la semana, los domingos, desde las 7:00 hasta las 9:00, para asegurarme de que todos estén durmiendo, ¡que nadie me escuche para que yo pueda hablar sola sin sentir tanta vergüenza por el portugués que no sé hablar o las veces que me pueda equivocar! Y que aquellos que se despierten, lo hagan con toda la buena onda del planeta, por ser domingo día del justo descanso para muchos, día de paz, de familia, de aventuras, de recuerdos y nostalgias, de sonido de mar, sal y baile.

–¿Qué busca Mabel Rehnfeldt con este espacio dominguero?

–Emprender una aventura con la gente a la que le gusta lo mismo que yo amo: bossa nova, música popular brasileña, las historias de las novelas brasileñas que junto a las argentinas eran las únicas que llegaban al Paraguay. Poder hablar de la música axé, sambas, contar la historia y las historias que marcaron a un Brasil que resistió a la dictadura con rebeldía artística, con cultura musical, cantando lo que no podían denunciar, recitando lo que no podían decir, novelando en un pueblo llamado Sucupira donde un intendente corrupto quería inaugurar su cementerio y ¡nadie se moría!

Sueño con que cada domingo la gente se conecte, y podamos contar juntos las anécdotas que yo sé, que ellos saben. Las fiestas donde Rita Lee invitaba a lanzar perfume, Roupa Nova hacía una fiesta de rock and roll o Paralamas diciendo que hay un arte de vivir de la fe, solo que sin saber fe en qué…

Sueño con hablar de Herbert Vianna, la sobrevivencia de Roberto Carlos, los fenómenos de Fafá de Belem o Daniela Mercury, ¡nuestra compatriota Perla! Las grandes bandas como Banda Eva, Raça Negra, Razao Brasileira, Só para contrariar. Hablar de Ritchie y su Menina veneno, Martinho Da Vila y su música de mujeriego (jajaja), Chico Buarque, Gal Costa, Maria Bethania y Caetano Velhoso, Netinho, ¡quiero todo!

Es como irte a un almacén, y cuando el almacenero pregunte, ¿qué quiere, marchante? Contestarle: ¿me da todo por favor?

Quiero que la gente haga conmigo el programa. Que se acostumbre a pedir lo que quiera escuchar, aquellas músicas que fueron parte de su vida, que interactúe conmigo en el WhatsApp de la FM.

–¿Cuál fue el momento o el hecho detonante que te llevó a ingresar a este mundo de música brasileña?

–Dejo un espacio muy especial para la música que me hizo entrar a este mundo: bossa nova y la música popular brasileña (mpb). Vengo de una generación que crecimos oyendo Garota de Ipanema, Chega de saudade, Desafinado, Aguas de Marzo, A tonga da mironda do kabuleté, Acuarela, Años dorados o los conciertos en La Fusa que hicieron Vinicius de Moraes y toda su tropa en un local de Buenos Aires hace más de 50 años. Soy de una generación que vio gente cantando rebeldías, diciéndole a otras que quien no sirve para ver, para escuchar y denunciar, no sirve para vivir.

–¿Por qué música brasileña y no otro género?

–Y, por supuesto, ¡ni hablar del encanto de la música brasileña! Hasta sus tristezas las narran cantando: tienen el secreto encanto de cantarle al mar, a sus deidades, al desamor y hasta al dolor sambando. Quiero compartir estos sueños nacidos al amparo de otros que me marcaron y me hicieron soñar en grande, con las mezclas radiales del gran maestro Beto Barsotti, Mario Ferreiro, Beto Duarte, sus contenidos, dicción, sus músicas mientras yo fantaseaba con que mi voz se pareciera a la de Rossana Penayo o a la de Nelly Gaona. ¡Bien caradura y atrevida yo! Ha sido un lindo camino con la música brasileña, la magia de João Gilberto, Tom Jobim, Baden Powell, Secos y Molhados o Biafra con su Sueño de Icaro.

–¿Qué anécdotas nos traes de tu Villarrica natal con la música brasileña?

–Esta historia está llena de anécdotas, de un viaje al mar con mi padre y mi hermano oyendo todo el camino bossa nova. De un grandioso amigo especial que me enseñó todo lo que él sabía y me hizo querer aún más estos sonidos, amigos villarriqueños con quienes compartí la pasión. Y no tengo vergüenza en contar que si a veces viajaba a Brasil, a cualquier lugar que fuera, buscaba una disquería para traer algo que escuchar. Llegué al colmo de ir a un país nórdico y volver de allí con un disco de Chega de Saudade en el Carnegie Hall: mi disco se comió mi viático de comidas de dos días por allí, pero nadie me quitó lo bailado.

–¿Existen conciertos inolvidables en tu vida? ¿Cómo los viviste?

–Nos llevaron al teatro municipal de Río de Janeiro, y Toquinho, uno de mis ídolos, cantó para un grupo de periodistas invitados para un Congreso Mundial de Periodismo de Investigación. Estuve parada bailando todo el concierto en el pasillo, por allí corrieron muchas fotos que me hicieron los colegas, hasta hoy me sonrojo al verlas. Mi amiga Berta Rojas me invitó también a su concierto con Toquinho, en Asunción, donde por cierto se dieron además el lujo de traer a María Creuza. La magia de esa noche me emocionó hasta las lágrimas y salí, no con los ojos rojos, sino negros del rímel que se vino abajo. No me dio vergüenza, es bueno emocionarse con las cosas buenas.

–Y las telenovelas brasileñas que traían siempre un montón de música con esos paisajes que se graban en la retina...

–Arrancaremos con O Bem Amado y con Esclava Isaura, pero seguiremos con un montón. Nos marcaron todas ellas, y las anécdotas que acompañan a estas novelas ni qué decir. Cómo intentaban censurarlas en Brasil, y en Paraguay creo que no dimensionaban las feroces denuncias sociales. Sospecho que a Ña Censura (Carmen Cáceres de Thomas) le preocupaba más ver a una mujer como Doña Flor con dos maridos que entender que las críticas de la novela O Bem Amado, eran cosa de todos los días en Paraguay: un intendente ladrón, unas mujeres adulonas, soñadores, poetas, rebeldes y un sicario.

–¿Recordás cuándo fue la primera vez que escuchaste música brasileña y cómo era esa radiecita, esa grabadora con casete o combinado?

–La primera vez que oí música brasileña fue en una radio del tamaño de un celular estilo ladrillo. Fue en Asunción, no había aún muchas frecuencias moduladas (FM), y creo que se llamaba radio Curupayty, y creo que después fue Canal 100. La música me pareció encantadora, con ritmo, invitaba a bailar. Nunca supe su nombre hasta hace un par de días cuando gugleé para contestar esta pregunta: Vó baté pa tú y había sido que cantan unos tipos que se llaman Baiano e os Novos Caetanos, ¡qué loco! Me inventaba toda la letra para cantar y ahora recién veo de qué se trata la letra, ¡mejor ni me preguntes!

–¿Y tu primer tocadiscos y encuentro con los vinilos como se dio?

–Ya después vinieron las épocas de los vinilos, me compré varios que escuchaba en el tocadiscos que mi tío Gardo me prestó-regaló, era una caja de madera pequeña y lustrosa de color rojo. Un buen día aparecieron los casetes, y no tenía plata para comprar tantos como programas escuchaba, encima mis locutores favoritos hablaban mucho, y yo ponía para grabar. Y de tanto que reusaba los casetes, famoso el casetero terminaba tragando las cintas allá a las cansadas… Y un buen día llegaron los CD, y me dediqué a coleccionarlos. Todos los que iba viendo, sobre todo, los más raros.

–Obviamente, ha evolucionado tanto la forma en que escuchamos música. ¿Cómo lo hacés ahora?

–Hoy ya no los uso (los CD). Estoy enteramente prendida a una plataforma donde armé y clasifiqué mis playlists por estilo, por artistas, por épocas, por conciertos, bailables, no bailables, instrumentales y cosas así.

–Bueno, contanos una anécdota especial a propósito de este programa...

–¿Mi anécdota más especial? ¡Este programa entero será una anécdota! Es tan anecdótico que a la hora de cierre de la revista todavía no sabemos si se llamará Menina Veneno, porque vengo de los alacranes mañaneros, la música para rebelarse como veneno. O Como um día de domingo porque será ese día, o Bossa & etc. que fue la primera idea, o Sonho meu, porque este fue mi sueño. Solo agradecer a la gente que me acompañará, dentro y fuera de ABC hay amigos y familia. Un gracias especial a dos alacranes que me acompañarán: Jorge Montefilpo y Pablo Guerrero, y al capo de Wilson Ramírez que hará posible este mejunje. A las señoras directoras que están ahí incondicionales y a la revista dominical ABC Color que 34 años después de ser parte de la familia se les ocurrió darme un espacio con foto y todo para mi vergüenza.

Y, por supuesto, agradezco a los que no me votaron, no me eligieron, a los que me van a coronar y prometo mantener el programa por lo menos un mes antes de salir corriendo. Como decía el gran sabio pensador Odorico Paraguazú, alcalde de Sucupira, en su novela El Bien Amado: “Dejando de lado los entretantos y yendo derecho a la final, dejemos atrás el atrás y vayamos para adelante”.

De todos los tiempos

La mejor música brasileña de todos los tiempos y para todos los gustos llegará de 7:00 a 9:00. Mabel Renhfeldt y un equipo conformado por Jorge Montefilpo (producción), Wilson Ramírez (posproducción) y la colaboración especial de Pablo Guerrero y Juanjo Salerno (musicalización) pondrán música a los oídos y alegría al cuerpo.

“Mabel va a plantear un recorrido en retrospectiva por la historia de géneros musicales como la bossa nova, la samba, la irrupción de la música popular brasileira y también lo contemporáneo, entre rock y pop. No será solo un abordaje técnico de la historia, sino también las anécdotas, curiosidades las canciones, los procesos de grabación de discos con sus situaciones particulares. También estarán las canciones de las novelas brasileñas que impactaron acá en nuestro país”, adelanta Jorge Montefilpo.

De este modo, el programa tiene un enfoque de recuerdos, nostalgias, alegrías y tristezas, como una acuarela de sonidos y colores. También tendrá homenajes a figuras importantes y cruciales para el desarrollo de la música brasileña, como Vinicius de Moraes, João Gilberto, Tom Jobim, Toquinho, Caetano Veloso, Rita Lee, Gal Costa, también la figura de Perla, cuenta Montefilpo.

Se busca –agrega– un rescate histórico pero también que este rescate sea amenizado con historias, comentarios y mucha música.

pgomez@abc.com.py

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