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Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.
“Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar”.
Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.
“Si la obediencia es el resultado del instinto de las muchedumbres, el motín es el de su reflexión”.
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.
“La obediencia simula subordinación, lo mismo que el miedo a la policía simula honradez”.
Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.
“Únicamente la obediencia tiene derecho al mando”.
Súbditos serviles
Hijo del zar Alejo Mijáilovich, Pedro I el Grande, zar de Rusia (1672 - 1725). Educado por profesores particulares, más adelante estudió ciencias militares y navales. Ascendió al trono en 1689. Durante su reinado, Rusia se convirtió en una gran potencia europea, gracias a la introducción de ideas y prácticas de Europa occidental. En 1696 les arrebató a los turcos la fortaleza del mar de Azov, que permitió a Rusia acceder al mar Negro.
A fin de controlar la parte oriental del mar Báltico, inició la Guerra del Norte (1700-1721), en la cual, al principio, sufrió una derrota aplastante en Narva (1700). Pero en la batalla de Poltava (1709) obtuvo una de las victorias militares más grandes de la historia rusa. Al fin de la contienda logró el control de las Provincias Bálticas. En 1703 fundó San Petersburgo y la convirtió en capital de Rusia, en 1715. Cuando fue proclamado emperador en 1721, se estableció el Imperio ruso. De acuerdo con criterios de la Europa occidental, modernizó Rusia: subordinó la nobleza rusa y la Iglesia al trono; fomentó la industria, el comercio y la educación, y reformó el Ejército. Durante su reinado se sustituyó el alfabeto eslavo por uno similar al latino, se introdujeron los números arábigos, se publicó el primer periódico en ruso, se fundaron escuelas y la Academia de Ciencias.
Cuentan que cuando el emperador visitó al rey Federico IV de Dinamarca para proponerle una alianza para atacar el reino de Suecia, en Copenhague, fue a la Torre Redonda acompañado de su anfitrión y, cuando estaban en la terraza desde la que se contempla el espléndido panorama de la isla de Seeland, Pedro el Grande le preguntó al rey:
–¿Queréis ver cómo me obedecen mis súbditos?
Sin esperar respuesta, mandó a un cosaco que se arrojara desde aquella gran altura. El soldado obedeció. El danés no hizo comentarios, pero cuando Pedro le preguntó si él tenía súbditos que hiciesen otro tanto, el danés contestó:
–Felizmente, no.
(*) Fuentes: http://www.biografiasyvidas.com/ - Carandell, Luis. Las anécdotas de la política - http://proverbia.net
Recopilación: mpalacios@abc.com.py