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Los intendentes de Asunción

Si bien el lugar ya era habitualmente ocupado por los pueblos originarios, este año, el enclave español que dio origen a la ciudad de Asunción cumple 480 años de existencia.

La ciudad, este año, cumplirá 476 años, desde su erección como tal.

Durante mucho tiempo fue regida por la corporación capitular y por el mismo Poder Ejecutivo, un ensayo de municipalidad, por juntas económico-administrativas hasta que, el 8 de mayo de 1891, por un decreto del Poder Ejecutivo se creó el cargo de intendente municipal de la capital. Desde esa fecha, los intendentes de Asunción fueron:

Francisco Casabianca, José del Rosario Mazó, José Ramón Silva, Manuel Antonio Maciel, Antonio Dolores Codas, Víctor Martín Soler, Juan Manuel Escalada, Juan de la Cruz Arrúa, Miguel Elizeche, Manuel Sosa Escalada –en dos ocasiones–, Martín Llanos Chamorro, Eduardo Schaerer, Carlos Balmelli Rabaglio, Cipriano Ibáñez, Francisco L. Bareiro, Arsenio López Decoud, Antonio Planás, Constantino Misch, Enrique Solano López, Belisario Rivarola, Ernesto Egusquiza, Francisco Sosa Gaona, Albino Mernes Vallovera, Vicente Rivarola Bogarín, Francisco Pecci Manzoni, Andrés Barbero Crosa, Juan B. Nacimiento, Miguel Ángel Alfaro, Baltazar Ballario, Pedro Bruno Guggiari, Gustavo Crovato, Felipe Molas López, Damián Bruyn Palmerola, José Alfredo Bozzano, Fernando Saguier Caballero, Luis P. Frescura y Candia, Fernando Cazenave, Alfonso Dos Santos Alsina, Aurelio Penayo Jiménez, Agustín Ávila Chilavert, Víctor A. Pane Ciancio, Alfonso Enrique Masi, Mario Mallorquín Volpe, Jorge Thompson Molinas, Leandro P. Prieto, Abel Dos Santos Silva, Enrique Volta Gaona, Juan E. O’Leary, Tomás Guerrero, Marcial González Centurión, Gustavo F. A. Storm –en tres ocasiones–, José Domingo Ocampos, Juan Pablo Gorostiaga, Nicolás De Bari Flecha Torres, Antonio E. González, César Gagliardone –en dos ocasiones–, Marcos Arellano Elizeche, Manuel Brítez Borges, Guido René Kunzle, Porfirio Pereira Ruiz Díaz y José Luis Alder. (Todos fueron nombrados por el Poder Ejecutivo).

En 1991 se sancionó la ley que emitió la elección democrática de los intendentes –de Asunción y todos los municipios del país– y, desde entonces, en la capital ocuparon el cargo: Carlos Filizzola Pallarés, Martín Burt Artaza, Enrique Riera Escudero, Evangelista Troche de Gallegos, Hugo Piccinini Soerensen, Arnaldo Samaniego y Mario Aníbal Ferreiro.

Muchos de estos ciudadanos que ocuparon la intendencia municipal de la ciudad de Asunción también se destacaron cumpliendo funciones en los más diversos niveles. Por ejemplo, dos de ellos ocuparon la presidencia de la República: Eduardo Schaerer y Felipe Molas López; varios fueron parlamentarios, ocho fueron militares y dos poetas.

Naturalista y viajero

Giacomo Bove fue un científico italiano que, entre otros países, visitó el nuestro en las décadas finales del siglo XIX.

Nació en Maranzana, Piamonte, Italia, el 23 de abril de 1852. Sus estudios los realizó en su país natal. Luego de egresar como guardiamarina, entre 1873 y 1875, realizó viajes a Singapur, China, Japón, Borneo y Filipinas. Posteriormente, se incorporó a la expedición ártica de Otto Nordenskjöld, dedicándose a la colección de organismos y objetos de interés etnográficos.

En 1881 vino a la Argentina para realizar expediciones a la Patagonia bajo el patrocinio del Instituto Geográfico Argentino y el Gobierno argentino. Intentando fomentar la inmigración italiana, en 1883, exploró la zona misionera argentina y paraguaya, acompañado de los colonos Carlo Bosetti y Adamo Luchessi, con quienes recorrió el bajo y alto Paraná, y realizó una detallada presentación física y etnológica del Paraguay y Misiones, Argentina.

De regreso a su país, participó de expediciones al Congo. Luego de este viaje se retiró y fue director general de la Compañía de Navegación La Veloce. Habiendo contraído una enfermedad nerviosa en el África, se suicidó en Verona, Italia, el 9 de agosto de 1887.

Las atrocidades de la guerra

En sus Recuerdos de la Guerra del Paraguay, el general argentino José L. Garmendia relata que, luego de una dura jornada bélica durante la Guerra contra la Triple Alianza, lo que fue el escenario de una de las últimas grandes batallas de aquella contienda (la de Ita Ybaté, la primera batalla de los niños) “partía el corazón ver aquel campo de sangre, una multitud de niños muertos y heridos en un estado lamentable. Algunos que ya habían vivido (muerto) parecían dormidos en esa inocencia de la edad temprana; otros con las facciones contraídas tenían el sobresalto reflejado del último pavor de su agonía, y algunos con barbas postizas de cerda, más parecían víctimas de un carnaval que de una batalla; ya que no podía apresurar los años, el dictador (López) les daba al menos el aspecto de hombres a esa última generación desventurada, ocultando con una máscara ridícula la debilidad de los primeros suspiros de la vida”.

surucua@abc.com.py

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