La Cenicienta (adaptación)

Hace muchísimos años, en un hermoso reino vivía una joven que al nacer tuvo como madrina a una poderosa hada.

La joven era muy bella y poseía un sinfín de cualidades, pero era muy desafortunada, pues había perdido a su mamá.

Su papá se volvió a casar después de muchos años, pero su madrastra y hermanastras no la querían, la hacían infeliz; la vestían de harapos y le hacían realizar todos los trabajos de la casa.

Mientras ellas se arreglaban todo el día frente al espejo y lucían hermosos vestidos, esta niña bella y buena, a la que llamaban Cenicienta, pues siempre estaba frente al fogón de la casa; era muy desdichada.

Un día, vino un servidor del rey y anunció que en el palacio se daría un gran baile. La madrastra y sus hijas comenzaron a prepararse con los mejores trajes y joyas.

Lea más: Caperucita Roja (1)

Cenicienta estaba muy triste, pues ella no podía ir...

—Qué pena no podré ir a ese baile —dijo, —¿tú?

—Gritaron las hermanastras— ¿Dónde quieres ir con esos harapos?—y se fueron...

Cenicienta lloró mucho, pero de pronto... apareció su hada madrina y le dijo: ¡Tú irás al baile!

—No llores, Cenicienta...

¡¡¡ Ya verás!!!... Y con su varita mágica transformó una calabaza en carroza, el gato en un cochero y los ratones en caballos.

Luego tocó a Cenicienta con su varita, y sus harapos... se convirtieron en un bellísimo vestido.

Cenicienta partió feliz hacia el palacio, con la recomendación del hada... «No olvides que a las doce de la noche desaparecerá el encanto...».

En la fiesta el príncipe quedó encantado con Cenicienta... bailaron toda la noche, pero al dar las doce Cenicienta huyó rápidamente y perdió un zapatito de cristal. Al otro día, el príncipe quiso volver a verla, pero no sabía cómo encontrarla, entonces envió un servidor para probar el zapatito a todas las doncellas del lugar...

A ninguna le pertenecía, porque no lo podían calzar en sus pies.

Imagínense el asombro de todos, cuando vieron que el zapatito pertenecía a Cenicienta, el príncipe la eligió como esposa y la bella Cenicienta perdonó a todos, y fueron muy felices.

Actividades

1 Establece la diferencia entre estas palabras:

a. Sin fin:

b. Sinfín:

2 Escribe el antónimo de:

a. Desafortunada:

b. Infeliz:

c. Desdichada:

3 Completa de qué palabras derivan:

a: Madrastra:

b: Hermanastra:

Sobre el libro

Título: La Cenicienta

Editorial: Betina

Cuentos Clásicos Troquelados