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Lic. Maribel Bordas
La evaluación debe ser principalmente formativa. Esto significa que evaluar es, sobre todo, formar, reorientar la enseñanza y el aprendizaje para que los/as alumnos/as; aprendan más y mejor.
La responsabilidad hacia la evaluación debe ser participativa. Los/as profesores/as, los/as técnicos/as, los/as padres/madres y los/as estudiantes son llamados a participar en el proceso evaluativo porque la educación es compromiso de todos. Esto implica que deben propiciarse procesos de autoevaluación, coevaluación, evaluación unidireccional, a los que llamaremos ESTILOS DE EVALUACIÓN.
1-La evaluación unidireccional: es un proceso objetivo, sistemático y continuo donde el/la docente evalúa el aprendizaje del/la alumno/a.
2-La autoevaluación: consiste en que cada alumno/a evalúe sus propios logros, y reflexione sobre el proceso de aprendizaje.
La autoevaluación realizada por los/as alumnos/as deben tener objetivos prioritarios como:
2.1 La representación anticipada de la acción: la evaluación debe ser planificada.
2.2 La apropiación de criterios de la evaluación: los/as alumnos/as deben conocer los criterios a ser considerados como los objetivos a ser evaluados, el nivel de exigencia, la escala a ser utilizada, etc.
2.3 La autogestión de errores: los/as alumnos/as deben corregir sus errores y también buscar las estrategias para superar los mismos.
2.4 La regulación pedagógica: que cada alumno/a sea consciente de su ritmo de aprendizaje y conforme al mismo vaya reforzando y retroalimentando el proceso.
Bajo el contexto presentado, el trabajo del/la profesor/a sería orientar al/la estudiante: para que construya una instancia evaluativa justa en el lugar de aquella que inicial y empíricamente se construyó y que contiene errores, ya que una autoevaluación (llamada también evaluación formatriz), es una marcha de regulación conducida por el o la que aprende, por lo que es necesario que se apropie de las herramientas de evaluación del/la profesor/a y que logre maestría en las operaciones de anticipación y planificación de acción.
3- La coevaluación: consiste en que los/as alumnos/as se evalúen mutuamente entre ellos y evalúen también la tarea del/la docente.
Los/as profesores/as deben propiciar procedimientos sistemáticos y formales en que los/as alumnos/as puedan valorar y calificar sus propios trabajos y los/as de sus compañeros/as, con un nivel de madurez igual al que ejerce la evaluación unidireccional de los mismos.
En la aplicación de estos estilos de evaluación, los/as alumnos/as ejercitan algunos valores muy importantes para su formación democrática como la libertad, la justicia, la responsabilidad, la tolerancia y la autocrítica.
Los/as padres/madres también deben conocer el avance del aprendizaje de los/as alumnos/as y ser copartícipes en la evaluación para proporcionar ayuda en el hogar.
(Adaptación del Documento de Evaluación y Promoción para la Educ. Escolar Básica MEC)
La evaluación debe ser principalmente formativa. Esto significa que evaluar es, sobre todo, formar, reorientar la enseñanza y el aprendizaje para que los/as alumnos/as; aprendan más y mejor.
La responsabilidad hacia la evaluación debe ser participativa. Los/as profesores/as, los/as técnicos/as, los/as padres/madres y los/as estudiantes son llamados a participar en el proceso evaluativo porque la educación es compromiso de todos. Esto implica que deben propiciarse procesos de autoevaluación, coevaluación, evaluación unidireccional, a los que llamaremos ESTILOS DE EVALUACIÓN.
1-La evaluación unidireccional: es un proceso objetivo, sistemático y continuo donde el/la docente evalúa el aprendizaje del/la alumno/a.
2-La autoevaluación: consiste en que cada alumno/a evalúe sus propios logros, y reflexione sobre el proceso de aprendizaje.
La autoevaluación realizada por los/as alumnos/as deben tener objetivos prioritarios como:
2.1 La representación anticipada de la acción: la evaluación debe ser planificada.
2.2 La apropiación de criterios de la evaluación: los/as alumnos/as deben conocer los criterios a ser considerados como los objetivos a ser evaluados, el nivel de exigencia, la escala a ser utilizada, etc.
2.3 La autogestión de errores: los/as alumnos/as deben corregir sus errores y también buscar las estrategias para superar los mismos.
2.4 La regulación pedagógica: que cada alumno/a sea consciente de su ritmo de aprendizaje y conforme al mismo vaya reforzando y retroalimentando el proceso.
Bajo el contexto presentado, el trabajo del/la profesor/a sería orientar al/la estudiante: para que construya una instancia evaluativa justa en el lugar de aquella que inicial y empíricamente se construyó y que contiene errores, ya que una autoevaluación (llamada también evaluación formatriz), es una marcha de regulación conducida por el o la que aprende, por lo que es necesario que se apropie de las herramientas de evaluación del/la profesor/a y que logre maestría en las operaciones de anticipación y planificación de acción.
3- La coevaluación: consiste en que los/as alumnos/as se evalúen mutuamente entre ellos y evalúen también la tarea del/la docente.
Los/as profesores/as deben propiciar procedimientos sistemáticos y formales en que los/as alumnos/as puedan valorar y calificar sus propios trabajos y los/as de sus compañeros/as, con un nivel de madurez igual al que ejerce la evaluación unidireccional de los mismos.
En la aplicación de estos estilos de evaluación, los/as alumnos/as ejercitan algunos valores muy importantes para su formación democrática como la libertad, la justicia, la responsabilidad, la tolerancia y la autocrítica.
Los/as padres/madres también deben conocer el avance del aprendizaje de los/as alumnos/as y ser copartícipes en la evaluación para proporcionar ayuda en el hogar.
(Adaptación del Documento de Evaluación y Promoción para la Educ. Escolar Básica MEC)