/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/DVIAYJKKSJA35NYX7HJOXU2IGI.jpg)
Cargando...
Los antioxidantes de los vegetales tienen la capacidad de impedir la acción de los radicales libres, unas sustancias que provocan daño celular y están implicadas en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer y determinados trastornos degenerativos. Cuando la cantidad de radicales libres excede a los agentes antioxidantes se pueden generar afecciones severas como aterosclerosis, inflamaciones, enfermedades pulmonares y múltiples tipos de cáncer.
Tesoros escondidos
Los alimentos rojos contienen antiocianina, un pigmento vegetal de la familia de los carotenos que otorga el color rojo a frutas y verduras. Además, es una sustancia antioxidante que reduce el riesgo de sufrir afecciones cardíacas y accidentes cerebrovasculares al inhibir la formación de coágulos. La antiocianina se encuentra en la manzana roja, la berenjena, la ciruela, el locote rojo y la col morada.
Otra sustancia presente en este tipo de vegetales es el licopeno, un pigmento vegetal que aporta el color rojo característico a los tomates, sandías y en menor cantidad a otras frutas y verduras. El licopeno también posee un efecto antioxidante y participa activamente en la prevención del cáncer, entre ellos el de próstata. Es un eficaz protector de las células contra el estrés oxidativo producido por la acción de los radicales libres, que son uno de los principales responsables de las enfermedades cardiovasculares, del cáncer y del envejecimiento.
El licopeno no puede ser producido en el interior de nuestro organismo, por lo tanto solo lo podemos obtenerlo mediante la ingesta de alimentos ricos en él. Los alimentos concentrados a base de tomate son una excelente fuente de este antioxidante, entre ellos, el extracto de tomate, las salsas de tomate, el jugo de tomate o el kétchup.
Frutas maravillosas
Las frutas rojas contienen fibra, vitaminas, minerales y oligoelementos, además de una variedad de fitoquímicos. La mayor diferencia la aportan los flavonoides, compuestos bioactivos que intervienen en las propiedades sensoriales de las frutas y que destacan por su rol antioxidante. Una investigación científica publicada en la revista Journal of Agricultural Food Chemistry, de la Sociedad Americana de Química, demostró que el extracto de frutillas protege las células de la piel frente a la radiación ultravioleta y evita que el ADN se dañe, lo que podría usarse para prevenir el cáncer.
Respecto a las frutas rojas, con independencia de que estos alimentos contengan compuestos potencialmente beneficiosos para la salud, la recomendación de las sociedades científicas de nutrición es tomar una gran variedad de frutas, verduras y hortalizas en el marco de una dieta rica en alimentos de origen vegetal. Es importante mencionar que ningún alimento consumido de forma aislada puede curar o prevenir enfermedades.
Los frutos rojos ayudan a mantener el cerebro limpio y sano durante el envejecimiento, activando el mecanismo natural con el que el cerebro “limpia y recicla” las proteínas tóxicas vinculadas a las pérdidas de memoria por la edad y otros síntomas del deterioro mental. Estos alimentos son bajos en calorías, no aportan grasa y se constituyen en una buena fuente de fibra y vitaminas.
Para tener en cuenta:
1 taza de sopa de tomate: 24,8 mg de licopenos
1/2 taza de salsa de tomate: 19,4 mg de licopenos
1/2 taza de tomate en lata: 11,8 mg de licopenos
1 taza de sandía: 7,8 mg de licopenos
2 cdas. de ketchup: 5,1 mg de licopenos
1 tomate mediano: 3,7 mg de licopenos
½ taza de pomelo: 1,8 mg de licopenos
Nutricionista. Reg. Prof. 246
adanei@abc.com.py