El colesterol también es bueno

La mayoría lo asocia con la gordura y los problemas de salud, pero no todos los tipos de colesterol son tan malos como parecen.

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El colesterol presente en el organismo en cantidades adecuadas no resulta perjudicial para la salud, sino que, por el contrario, cumple funciones importantes como las siguientes:

1. Es una de las moléculas más importantes de nuestro cuerpo, responsable de formar las membranas de cada célula. Además, selecciona el ingreso y salida de diversas sustancias que conforman la célula.

2. Es el encargado de producir hormonas sexuales, como testosterona, progesterona y estrógeno, que permiten el buen funcionamiento de los órganos reproductores y promueven la fertilidad. Es necesario para la síntesis de otras hormonas, como el cortisol o la aldosterona, que regulan el nivel de líquidos y sales en el organismo.

3. Produce los ácidos biliares que necesitamos para digerir las grasas que consumimos. Unos 400 mg de colesterol son retenidos por día en el hígado para convertirse en ácidos biliares. Gracias al colesterol producido por nuestro cuerpo, la bilis recubre las grasas y aceites incorporados al cuerpo a través de los alimentos. Sin ellas no podríamos tener una buena absorción de nutrientes y tendríamos un estado nutricional deficitario.

4. Protege y aísla las redes nerviosas.

5. Es indispensable para producir vitamina D. Cuando tomamos sol, el colesterol se convierte en esta vitamina indispensable para la salud de la piel y para que nuestros huesos puedan absorber el calcio.

Siempre tenemos colesterol en nuestro cuerpo. Esta sustancia grasa es producida en un 70 % por el organismo, sobre todo, en el hígado, la piel y el intestino delgado. El resto (30 %) lo ingerimos consumiendo alimentos de origen animal. Este compuesto lipídico es insoluble en agua, por lo tanto, en nuestro organismo se traslada unido a proteínas, formando las llamadas lipoproteínas, dentro de las cuales distinguimos las de alta densidad o HDL, también conocidas como colesterol bueno, y lipoproteínas de baja densidad o LDL, también llamadas colesterol malo. El hecho de que al HDL se le considere como colesterol bueno indica que en general no debe ser considerado malo, y mucho menos después de conocer las importantes funciones que tiene en el cuerpo.

Cómo tener el colesterol ideal

Lo recomendable es no concentrar más de 200 mg/dl de colesterol total en el organismo, pues por encima de estos valores ya podemos tener riesgos para la salud, sobre todo, a nivel cardiovascular.

Si presentamos elevadas cantidades, podemos actuar para reducir el colesterol con ayuda de la cocina, ya que podemos moderar su ingesta y no erradicarlo drásticamente de la dieta.

Si no queremos elevar la cantidad de colesterol en el organismo, no es aconsejable restringir al máximo su ingesta o los alimentos que promueven su incremento, pues esta restricción será compensada con mayor síntesis endógena.

Simplemente, es recomendable llevar una dieta variada, con escasa cantidad de grasas saturadas y grasas trans, pero con un buen aporte de grasas de calidad, como aquellas derivadas de semillas, frutos secos o pescados.

Hay que evitar también las frituras o alimentos preelaborados, así como la comida rápida comercial que puede concentrar gran cantidad de grasas malas e incrementar notablemente la cantidad de colesterol malo.

Por supuesto, acompañar una buena dieta con adecuado descanso y ejercicio físico será de gran ayuda para cuidar los niveles de colesterol en el organismo y evitar de este modo las consecuencias de su exceso, mientras disfrutamos de su lado positivo en nuestro cuerpo.

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