Viaje a Chile visitando las viñas (II)

En este viaje visité Viña Santa Rita, una de las más tradicionales de Chile, pero muy poco conocida en nuestro país. Una bodega que deslumbra por sus vinos y su historia.

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Fundada en el año 1880 por don Domingo Fernández Concha en la zona vitivinícola conocida como Alto Jahuel, en el Valle del Maipo, esta es hoy en día una de las tres viñas más grandes de Chile, con más de tres mil hectáreas de viñas plantadas.

Su vino icono se llama Casa Real, un vino del tipo fuerte siguiendo la tradición bordelesa, utilizando la uva tinta como el Cabernet Sauvignon que tan bien se adapta a ese terroir.

Pero probablemente el vino más conocido y vendido es su línea 120 medallas que tiene toda una historia por detrás. Hace 200 años, doña Paula Jaraquemada (propietaria de la casa donde hoy está asentada la Viña Santa Rita), luchó al lado del general Bernardo O’Higgins y junto a otros 120 soldados contra las fuerzas de la Corona española por la independencia de Chile. La personalidad de doña Paula fue tan grande y decisiva en esa batalla que los españoles acabaron rindiéndose.

La visita

Pero bueno, hablemos sobre la visita a esta mítica casa productora de excelentes vinos. Llegamos en un grupo compuesto de 21 paraguayos; en su gran mayoría, jamás habían escuchado hablar de esta viña, y por lo tanto nos tomamos nuestro tiempo para recorrer y visitar cada rincón antes de ser guiados.

Comenzamos pues conociendo el Museo Andino, un lugar donde se pueden apreciar obras precolombinas de los indígenas del Altiplano, algunas piezas en oro macizo que datan del año 3500 a.C. Lo más sorprendente fue ver las alfombras y ponchos muy antiguos en excelente estado de conservación.

Otra ala del museo está consagrada al arte y modo de vivir una vez que los españoles ya habían tomado posición en este continente.

Producción

A continuación, fuimos a conocer la gran sala de fermentación, un lugar donde tanques de madera, acero inoxidable y cemento con pintura acrílica se confundían por doquier. No importa el material con el cual fueran construidos, todos estaban tecnológicamente actualizados con sistema de calentamiento o refrigeración y unificados por un sistema informático supermoderno.

De allí fuimos a visitar la sala de barricas, del tipo bordelesa con 225 litros de vino cada una.

Está construida toda en madera, bajo tierra, con suelo de pedregullo, en donde dormían cientos de barricas aguardando que el enólogo decidiera vaciarlas para embotellar el vino. Los laberintos subterráneos de la viña nos llevaron a una hermosa sala construida por arcos del tipo gótico y cuya estructura sufrió con el temblor del año 2010, pero gracias a Dios, fue totalmente recuperada.

Degustación

Saliendo de allí pudimos ir a degustar los vinos. Tuvimos la oportunidad de degustar un 120 Reserva Sauvignon Blanc y continuamos con un 120 Reserva Carménère. Santa Rita es también propietaria de Viña Carmen, donde en el año 1994 se encontró la uva vitivinífera Carménère, desaparecida por más de un siglo.

Como era de esperarse, terminamos degustando varios vinos en un riquísimo almuerzo que nos fue ofrecido en el restaurante Doña Paula, esta casa con una gran historia, en donde la pasamos superbién.

¿Qué más me queda por decir sobre Viña Santa Rita? Pues que sus propietarios, sin descendentes ni herederos, dejan su bodega, sus viñas y sus marcas como un legado para la historia a la Iglesia católica chilena, ya que una vez que pasen a mejor vida sus propietarios, ellos decidieron que así sea.

¡Salud a Viña Santa Rita, salud al futuro de esta fantástica empresa! ¡Que nos siga brindando vinos de gran calidad!

oligayet@hotmail.com

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