Evitar las peleas

Empecemos por no provocar ni responder a las ofensas que lanzan aquellas personas tristes o con un carácter desagradable; no es imprescindible estar de acuerdo con el otro, pero escucharlo y respetar su opinión es básico.

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La doctora Viviana Riego, psiquiatra, recuerda que los creyentes a veces olvidamos el verdadero significado de la Navidad, que es el nacimiento de Jesús. Si bien en esta celebración existe una presión extra de crear una relación “perfecta”, la expectativa no siempre tiene resultado positivo, ya que ese día también pueden surgir discusiones.

“Debemos recordar que en las fiestas estamos acompañados de nuestros hijos y estarán presentes personas mayores como los abuelos”. En determinado momento puede que una persona diga algo ofensivo, recuerde que es mejor no contestar los insultos con ninguna palabra, ignorarlos completamente y mantenernos alejados siempre que sea posible. Luego, otro día nos comunicaremos con esa persona y aclararemos nuestro punto de vista”, agrega.

La profesional destaca que dentro de las posibilidades es importante mantener la neutralidad, no provocar ni responder a las ofensas. Esto es muy importante no solo en las fiestas sino todos los días del año, es la base de nuestra sociedad, no estar de acuerdo con el otro, escucharlo y respetarlo ya que todos pensamos diferente. Poder entender esto no solo evitará peleas familiares, sino que nos va a permitir respetarnos como personas. 

La licenciada Gladys Moreira López, psicóloga clínica, menciona que la Navidad es disfrutar con alegría y agradecer cada momento, se debe resaltar la espiritualidad, la reflexión y los valores. Para muchos también es de vulnerabilidad emocional, ya sea por la pérdida reciente de un ser querido o algún tipo de duelo no resuelto. Aconseja evitar la soledad, siempre hay alguien que está dispuesto a recibir a un amigo o familiar en su casa y compartir estas fiestas.

La licenciada aconseja: “no se quede pensando y rumiando lo que pasó o debería haber pasado, el ‘si hubiera’ no solo genera culpa, sino además tristeza, ansiedad y angustia. Es mejor reconciliarse consigo mismo y con las personas que son significativas para cada uno”.

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