Castrar a los gatos: aspectos positivos y negativos

Ya sea porque llega el primer celo o porque el gato sale a la calle, la pregunta de si esterilizar o no esterilizar al animal surge casi siempre en toda persona que convive con uno de estos felinos.

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La castración no solo evita que el animal tenga descendencia, sino que plantea otras ventajas.

"En el caso de los machos se reduce el radio que recorren alrededor de nuestra casa, con lo que también disminuye el peligro de que sufra un accidente", explica Sarah Ross, experta en animales caseros de la organización alemana Vier Pfoten (cuatro patas).

También para las hembras, la esterilización tiene ventajas. "Las hembras tienen frecuentemente fuertes dolores cuando están en celo e incluso dejan muchas veces de comer durante ese periodo", indica Ross. La castración evita que la gata vuelva a estar en celo.

Es importante pensar en el momento de llevar esta invervención a cabo. "Se recomienda hacerlo antes de la maduración sexual del animal; la esterilización se puede llevar a cabo en el quinto mes de vida", aconseja Lea Schmitz, de la Asociación Alemana de Protección Animal.

Antes de realizar la esterilización, el veterinario realizará un reconocimiento exhaustivo del animal. Y ya en la operación, al gato le serán extirpadas las glándulas sexuales: en el caso de los machos, los testículos, y en el caso de las hembras, los ovarios.

El animal estará completamente anestesiado durante toda la operación. El corte que se le hace para ello tiene un tamaño de unos 1,5 o 2 centímetros y después, en el caso de las hembras, se cose. "Muchos veterinarios utilizan material de costura reabsorbente, que se disuelve por sí mismo", apunta Lea Schmitz.

En caso de que eso no ocurra, a los diez días habrá que llevar de nuevo al animal al veterinario para que le quiten el hilo. En el caso de los machos, el corte no se cose, ya que eso interferiría en el proceso de sanación.

La operación dura solo unos 15 minutos. "La castración está considerada una cirugía ambulante, por lo que el animal, por lo general, puede volver a casa sin problemas poco después de la intervención", explica Uwe Tiedmann, veterinario de animales pequeños.

Los dueños, sin embargo, deben tener en cuenta que el animal no debe comer nada durante las cinco horas siguientes a la operación por la anestesia.

La castración es algo que los veterinarios hacen con mucha frecuencia y para ellos supone una intervención rutinaria. En la mayoría de las ocasiones no hay ninguna complicación. Sin embargo, es posible que el gato sufra problemas circulatorios o que no tolere los medicamentos. En pocas ocasiones también pueden aparecer hemorragias.

A largo plazo, la esterilización o castración ofrece claras ventajas para el animal. "La probabilidad de que sufra tumores se reduce con la operación", apunta Tiedemann. Además, se reduce el peligro de que los animales sufran heridas ya que se enfrentan menos a otros congéneres.

También acaba, obviamente, con el problema de la reproducción incontrolada. "Justo en los meses de primavera y verano, los albergues de animales se encuentran a rebosar de gatos", dice Schmitz.

No obstante, la castración tiene también efectos negativos que los dueños de los gatos deben conocer. "Es muy frecuente un incremento del peso del animal y suelen echar barriga", dice Ross. La intervención en la función hormonal hace también que los animales se vuelvan más perezosos.

Los costes de una operación pueden variar de un veterinario a otro, pero no es una intevención de las más costosas. La de las hembras cuestas más que las de los machos.

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