Policías secuestraron, ejecutaron y enterraron a chofer de medio de comunicación

Tres policías secuestraron, torturaron, ejecutaron y enterraron a un chofer del diario Última Hora. La víctima fue obligada a cavar su propia tumba, a orillas de un arroyo de Ypacaraí. Su pecado fue meterse con la esposa de uno de los uniformados, quien a su vez llegó a ser guardaespaldas de los presidentes Juan Carlos Wasmosy y Luis Ángel González Macchi. El sonado crimen conmocionó al país hace 20 años.

Publicación de ABC Color  sobre el secuestro del chofer de Última Hora, quien después sería hallado muerto. El crimen fue por motivos pasionales.
Publicación de ABC Color sobre el secuestro del chofer de Última Hora, quien después sería hallado muerto. El crimen fue por motivos pasionales.

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José Vera tenía 48 años, vivía con su familia en Mariano Roque Alonso y trabajaba como chofer del diario Última Hora.

Aquel sábado 22 de setiembre de 2001, salió del diario capitalino aproximadamente a las 14:00 y subió a su camioneta Volkswagen Kombi.

Un compañero de trabajo le pidió un “aventón” y juntos salieron del centro.

Cuando estaban sobre Artigas y Suiza, una cuadra antes de alcanzar la avenida Venezuela, José Vera bajó a su amigo porque iba a quedarse en la casa de una mujer, en el barrio Tablada Nueva.

El chofer de Última Hora circuló dos cuadras sobre Suiza, en dirección al río Paraguay, pero cuando llegó a la calle Edimburgo, una cuadra antes de la conocida calle Dubín, fue interceptado por un coche Mitsubishi Eclipse, del que bajaron al menos tres hombres armados con pistolas.

Como los vecinos reaccionaron, los captores de José Vera se identificaron como policías y esposaron a su objetivo, a quien alzaron a empujones al auto Eclipse, mientras uno de los sospechosos tomó el volante de la Kombi para escapar en caravana.

Desde ese momento, nada más se supo del trabajador de prensa.

El famoso Ocholasky

Cuando intervino la Policía, tras la denuncia de la familia, saltó la primera pista: el famoso Ocholasky.

Se trataba del por entonces conocido policía Juan Carlos Ocholasky, quien tenía 41 años de edad.

Este era un secretario de la familia Wasmosy que durante la presidencia del ingeniero fue nombrado policía e incorporado directamente al cuadro de suboficiales. También fue guardaespaldas del presidente Luis Ángel González Macchi. En el momento del hecho ostentaba el grado de suboficial segundo.

Rápidamente, los investigadores descubrieron que Ocholasky acostumbraba a pasear justamente en un coche Mitsubishi Eclipse, que pertenecía nada menos que a otro policía, el oficial ayudante Richard Hernán Jiménez Pérez, de 25 años.

Ambos efectivos, el suboficial Ocholasky y el oficial Jiménez, fueron apresados como sospechosos y el primero de ellos terminó confesando todo, complicando incluso a otro policía, el oficial primero Reinaldo Darío Núñez Rojas, de 31 años, quien también participó de la captura del chofer de Última Hora.

Presionado, Ocholasky reveló dónde enterraron el cuerpo, que resultó ser un monte a orillas del arroyo Jaguaresay, a unos 300 metros de la Ruta 2, en la zona del peaje de Ypacaraí, no lejos de la casa del oficial Jiménez.

Cuando fue recuperado el cuerpo, se confirmó que José Vera fue brutalmente torturado y ejecutado con un tiro en la nuca, mientras estaba arrodillado.

Ocholasky, quien le disparó, fue condenado a 18 años. Jiménez, quien ayudó a Ocholasky, sufrió una pena de 15 años. Núñez, quien solo participó en la captura, acusó una sentencia de 5 años.

Infidelidad

El asesinato del chofer de Última Hora, José Vera, fue supuestamente motivado porque este mantenía una relación con la esposa del policía Juan Carlos Ocholasky.

En su descargo, Ocholasky dijo que solo quería asustar a su rival José Vera, porque este se burlaba constantemente de él.

Supuestamente el chofer de Última Hora no solo se jactaba de tener una aventura con la mujer de Ocholasky, sino que también amenazaba al policía con meterse con su hija, lo que en realidad desató la tragedia.

Los tres policías perdieron sus carreras y cumplieron sus condenas.

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