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Luis Rojas, ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), se refirió la decisión de la jueza Lourdes Scura, quien llamativamente y con extremo sigilo liberó al capo mafioso paraguayo condenado a prisión hasta el 2025 por tráfico de drogas, lavado de dinero y asociación criminal.
El argumento presentado para lograr la libertad es que el narco de 50 años necesitaba realizarse algunos “estudios médicos” y seguir un tratamiento por diversas enfermedades, como diabetes y afecciones de próstata.
La decisión de la magistrada generó todo tipo de suspicacias, considerando que el criminal es socio del pez gordo del narcotráfico internacional, el brasileño Iván Mendes Mesquita, por lo que tiene conexiones poderosas en varios ámbitos. “Estamos expectantes; esto se veía venir”, manifestó el jefe antidrogas al referirse al poder que tiene el narcotráfico a nivel local.
Sobre el trasfondo de esta liberación supuestamente temporal, Rojas no quiso ahondar en hipótesis e insistió en que la institución permanecerá vigilante. “No sabemos realmente a ciencia cierta si es una estrategia de él o realmente está en estas condiciones (de salud) en que supuestamente está”, refirió en contacto con la 780 AM.
Recalcó que “no quisiera opinar directamente de la decisión del Poder Judicial” y reiteró que por parte de la Senad “estamos atentos a lo que se viene”. Explicó que al estar fuera del penal de Tacumbú, el narco puede reactivar sus operaciones, aunque reconoció que igualmente desde las cárceles los capos mafiosos usualmente continúan manejando sus redes.
El ministro recordó que cuando fue detenido el 26 de noviembre de 2004, Leoncio Ramón Mareco expresó con una sonrisa: “Voy a traerles a ustedes una gran canasta en Navidad”. Finalmente, el detenido no logró su pronta liberación, como pretendía, pero logró retornar a su casa cuando aún le faltan poco más de 10 años para cumplir su sentencia.
Actualmente, Leoncio Ramón Mareco goza de las suspensión de su condena, por supuestos motivos de salud, y se encuentra en su vivienda en Lambaré, bajo la única restricción consistente en un control aleatorio que deben realizar agentes de la Comisaría 17° Central de San Isidro.
El permiso, otorgado en diciembre, poco antes de Navidad última, se extiende por seis meses. Sin embargo, se teme que el narco negocie con las autoridades una “extensión” e incluso logre una prisión domiciliaria definitiva.