Buen pastor y buenas ovejas

Celebramos en este cuarto Domingo de Pascua el domingo del “Buen Pastor”, la “Jornada Mundial de oración por las vocaciones religiosas y sacerdotales”, y el “Día del Obispo” en Paraguay. Jesús nos cuenta la parábola del buen pastor, indicando sus principales características: da la vida por sus ovejas, protégelas de los ataques de los lobos y las conoce por su nombre.

Cargando...

En primer lugar, estas deben ser las características de un líder religioso, que está dispuesto a posponerse a sí mismo y a sus intereses, para que los miembros de su comunidad crezcan con criterios humanos y morales.

Este líder-pastor busca su fuerza en Dios y trata todos los días de oír su voz para practicarla de modo cada vez más fiel.

Justamente por poner su esperanza en el Señor tiene robustez para enfrentar los “lobos” que atacan al redil. Los “lobos” son sumamente avivados, es más, son mutantes, pues, aunque manejen proyectos diabólicos, saben presentarse como ángeles de luz. Solamente el líder-pastor que anda en la claridad del Espíritu Santo está apto para identificarlos, desenmascararlos y vencerlos. El líder-pastor conoce a sus ovejas, justamente por estar cerca de ellas, tratarlas con humildad y tener tiempo para escuchar sus reclamos. No es un desvergonzado manipulador. Sin embargo, este líder-pastor no es solamente de índole religiosa, pues toca a todas las personas que tienen autoridad en la sociedad: directores, ministros, maestros, presidentes, jefes, coordinadores y CEO. Todos deben mirar al ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, y encarnar sus ideales, no actuando jamás como vulgar asalariado, interesado en coimas, y jugosas “tragadas” llenas de trampas.

Pero no todo depende del líder-pastor, pues también está el comportamiento “de las ovejas.” El texto nos dice que ellas conocen su pastor y escuchan su voz.

Y aquí debemos señalar uno de los mecanismos más raros del ser humano: si alguien, considerado como superior, hace alguna macana, el subalterno se juzga “autorizado” a hacer macanas peores. Entonces, para el pecado y para el fraude, supuestamente, vale el argumento: “Lo hago, pues fulano también lo hace.” Sin embargo, uno no pone el auténtico modelo, que es Jesús, para vivir las virtudes y hacer lo que Él hace, que es lo moralmente correcto y sociológicamente fraterno.

Especialmente hoy, recemos por nuestros Obispos, que llevan una pesada responsabilidad para que el Señor les libre de sus tentaciones.

Asimismo, pidamos que el Dueño de la mies envíe muchos religiosos y sacerdotes, que se entreguen a su rebaño con generosidad, coherencia de vida y espíritu de servicio.

Paz y bien

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...