Con la extradición de José Peirano Basso, uno de los integrantes de la familia propietaria del Banco Alemán, responsable de la última gran crisis bancaria de nuestro país, se abren viejas heridas que hasta hoy no llegaron a cicatrizar del todo. Recordamos hoy a través del testimonio de víctimas y testigos, este episodio negro para la historia del sistema financiero paraguayo.
El sistema financiero paraguayo, en su conjunto, presentó un nivel de solvencia patrimonial del 16,6% en el primer semestre de 2014. Este nivel es superior al 12% exigido por el ente regulador y sobre el 8% del porcentaje establecido por Basilea.
El sistema financiero paraguayo de la actualidad es considerado como uno de los sectores más sólidos de la economía nacional, aportando de manera directa un 3% al producto interno bruto (PIB). La consolidación del sector no fue tarea fácil para los actores financieros, debido a que en años anteriores problemas de supervisión por parte del Banco Central del Paraguay (BCP), así como ciertas acciones poco ortodoxas provenientes de participantes afortunadamente apartados del sector, llevaron a dos importantes crisis financieras a mediados de los 90 y principios del 2000. Luego de un periodo de adecuaciones y reacomodos del sistema financiero entre los años 2002-2004, así como mejoras en regulación y supervisión por parte del Banco Central, se observa una vuelta a la confianza marcada por un gran crecimiento del sector financiero en el Paraguay.
Dimas Ayala, gerente general de Bancop, otro representante del sistema financiero paraguayo en la última asamblea del BID, dijo que les hizo sentir orgullosos “que un país tan chico hace años está siguiendo sobre una línea correcta”.