El calendario gregoriano que usamos hoy ha dado forma a cómo percibimos el tiempo y organiza nuestras vidas. Pero cada cuatro años nos ofrece un pequeño cambio en forma de un día extra: el 29 de febrero, conocido como el día bisiesto. Exploramos algunos de los hechos más curiosos sobre esta peculiaridad del calendario.
“¡Amiga, chake el pitogüé!” o “si barrés mal, nde chiko ivaita” son frases que decimos cuando somos muy supersticiosos. Si el gato negro se te cruzó, tal vez, sea solamente tu mente que imagine la mala suerte que tendrás. ¿Qué otros mitos conocés?
Algunas acciones, como leer el horóscopo para saber qué tal nos irá en la salud, dinero y amor o asustarnos si vemos un gato negro, las hacemos de manera inconsciente. Aunque no lo queramos admitir, somos bastante supersticiosos de vez en cuando.
Muchas personas no pueden ver que se les cruce un gato negro en la calle y jamás pasarían debajo de una escalera ni abrirían un paraguas en un lugar cerrado, pues directamente relacionan estos hechos con mala suerte. Y vos, ¿creés en las supersticiones?
Guardar una pluma de cabure'i en la billetera para atraer la fortuna, asociar el trinar del pitogüe con algún embarazo o derramar un poco de sal para ahuyentar una visita que no nos gusta son algunas de las supersticiones de antaño que aún permanecen vivas. Mientras unos creen que relacionar la magia con todo lo que nos ocurre es absurdo, otros no se atreverían a obviar las viejas creencias y, por las dudas, evitan pisarle la cola al gato o pasar debajo de una escalera.
Abrir el paraguas bajo techo, romper espejos o ver un gato negro son algunas prácticas consideradas de mala suerte, ni qué decir en un martes 13 como hoy.