El año 2024 comienza con una batalla legal histórica en la ciudad de La Haya.
Según los Archivos Federales de Alemania, Eduard Johann Roschmann, «El Carnicero de Riga», nació el 25 de noviembre de 1908 en el distrito de Eggenberg de la ciudad de Graz, capital del Estado Federado de Estiria. Y Asunción vio sus últimos días y su muerte.
En 1985, con su enorme documental Shoah, el recientemente desaparecido cineasta e intelectual francés Claude Lanzmann (Bois-Colombes, 27 de noviembre de 1925 - París, 5 de julio de 2018) inauguró una nueva época en la memoria activa del Holocausto. El film de Lanzmann, que ha vuelto universal esta palabra hebrea para designar el genocidio nazi de seis millones de judíos europeos, confluyó con otro movimiento epocal, que ganó impulso a fines de la década de 1960 y que hoy ha triunfado en las ciencias y movimientos sociales: a medida que todo relato histórico se vuelve ficción cada vez más discutida, la recuperada voz de las víctimas (o de sus portavoces) se torna fuente de una verdad cada vez más innegable. En sus diez horas de duración, sugiere Alfredo Grieco y Bavio este artículo, Shoah cuenta verdades, pero también ha creado un dispositivo para contar mentiras.
Como todos saben, el francotirador que se propuso derribar la metafísica occidental, para muchos el filósofo más importante del siglo XX, Martín Heidegger, era profesor de historia de la filosofía en la Universidad de Marburgo, donde conoció a la, en ese entonces, alumna Hannah Arendt, nos cuenta Julián Sorel.
De simpatizante y colaboradora de Adolf Hitler a enamorada de los nuba, tribu negra del centro de Sudán, Leni Riefenstahl, inicialmente defensora de la «superioridad de la raza aria», encontró finalmente en África la belleza perfecta que buscaba y que celebró en escultóricas fotos.
BERLÍN. Una cadena de tiendas de muebles en Alemania ha decidido destruir 5.000 tazas que importó de China tras descubrir que en ellas aparece impreso el rostro de Adolf Hitler.