"Necesitamos considerar cambios en la extremadamente fuerte flexibilización monetaria actual, teniendo en cuenta opciones como poner fin a los tipos de interés negativos", dijo Takada, en declaraciones recogidas por el diario Nikkei, durante una conferencia económica celebrada en la ciudad de Otsu (centro).
El economista considera que la economía japonesa se encuentra "en un punto de inflexión en el que cambiará la norma profundamente arraigada de suponer que los salarios y los precios no aumentarán".
En contraste con la postura adoptada por los principales bancos centrales globales, el BoJ viene mostrándose inmovilista en sus principales medidas monetarias, que incluye una tasa de interés del -0,1 % en los bonos de referencia a corto plazo, alegando precisamente la ausencia de una evolución salarial sostenible.
Takada cree que esa situación va a cambiar, después de que importantes empresas nacionales hayan anunciado sus planes de subir los sueldos, y habló de la necesidad del BoJ de revisar su ultraflexibilización actual, en vistas, además, de que el prolongado aumento de la inflación en el país sugiere la entrada en un ciclo de "aumento sostenido de los precios".
"Necesitamos considerar respuestas ágiles y flexibles, como la supresión del marco de control de la curva de rendimientos o la supresión de los tipos de interés negativo", reiteró el japonés.
"En comparación con el pasado, el sector empresarial es ahora más resistente al aumento de las tasas de interés como resultado de la propia política monetaria", añadió.
El consejero del BoJ sostiene que la economía japonesa "seguirá recuperándose moderadamente" y destacó que el producto interior bruto (PIB) nacional, que creció a un ritmo interanual del 1,9 % en 2023 -según el informe preliminar gubernamental- supera al nivel prepandemia, gracias a factores como el resurgir de la demanda.
En cuanto a las políticas monetarias poco convencionales que ha venido implementando el banco central japonés, Takada señaló: "Se puede decir que Japón es pionero histórico en política monetaria a nivel mundial".
El banco central nipón es el único entre las grandes economías mundiales que aplica tipos de interés de referencia negativos, una política que tiene en marcha desde hace más de una década y que contrasta con las subidas progresivas de tasas aplicadas por el Banco Central Europeo o la Reserva Federal estadounidense.