"Ahora comienza un nuevo capítulo para Ruanda. ¡Juntos haremos historia! Únete a mí en mi candidatura para ser presidenta", escribió Rwigara en su perfil de la red social X.
No es la primera vez que Rwigara, de 42 años y líder del Movimiento de Salvación del Pueblo, planea presentarse a las elecciones: ya lo intentó en 2017, pero fue detenida junto a su madre en septiembre de aquel año, un mes después de anunciar su candidatura, acusada de insurrección y falsificación de firmas, entre otros.
La política pudo ser condenada incluso a cadena perpetua, ya que se le atribuían cargos como incitación a la revuelta, revelación de información confidencial y traición.
También se la acusó de una serie de comentarios en contra del partido gobernante, la justicia del país y el estado de la economía.
La candidatura de la activista fue anulada para aquellos comicios y ella y su madre permanecieron un año en prisión hasta que fueron absueltas por un alto tribunal ruandés en diciembre de 2018.
El partido gobernante de Ruanda respaldó el pasado 9 de marzo de manera abrumadora la candidatura de Kagame, presidente ruandés y líder de la organización, para las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias de julio.
Kagame, antiguo líder de la milicia tutsi Frente Patriótico de Ruanda (FPR, convertida en partido y en control del país tras expulsar a los rebeldes hutus después del genocidio de 1994), dirige con mano de hierro Ruanda desde el año 2000.
Podría presentarse a dos elecciones y mantenerse en el poder hasta 2034, después de varios cambios constitucionales aprobados por referéndums.
En las tres elecciones a las que ha concurrido hasta la fecha (2003, 2010 y 2017), Kagame ha vencido con más del 90 % de los votos.
Desde su llegada al poder, el mandatario ha conseguido reconocimiento internacional por sus éxitos económicos y la reconstrucción del país tras el genocidio de 1994.
Sin embargo, organizaciones pro derechos humanos han denunciado en numerosas ocasiones detenciones arbitrarias y desapariciones de disidentes a manos de su Gobierno.
Opositores en Ruanda han sido asesinados o han desaparecido por motivos que la oposición ha descrito como "políticos".