Según informó este martes la Oficina de Investigación Financiera de Aduanas, los arrestados están acusados de haber gestionado 29 cuentas bancarias utilizadas para procesar más de 3.700 transacciones sospechosas entre enero de 2022 y diciembre de este año.
El investigador principal, Tsoi Kim-fai, explicó que el denominado “comercio fantasma” se basa en supuestas operaciones de importación y exportación que no se producen en la realidad, sustentadas en contratos, facturas y documentos de transporte falsificados con el objetivo de simular actividad mercantil.
Este mecanismo permite disfrazar fondos de origen ilícito como ingresos comerciales legítimos, facilitando la transferencia de grandes sumas de dinero y ocultando su procedencia real, precisó el responsable aduanero.
Las pesquisas revelaron que, por primera vez, una organización de este tipo recurrió a páginas web falsas de compañías navieras, diseñadas con un elevado nivel de sofisticación, para respaldar la documentación fraudulenta presentada a los bancos durante los controles de diligencia debida.
En uno de los casos analizados, la red declaró el supuesto envío de mercancías por un valor aproximado de 86 millones de dólares hongkoneses (11 millones de dólares estadounidenses o 9,3 millones de euros), tras lo cual la cuenta empresarial correspondiente recibió un pago de igual cuantía.
Las comprobaciones bancarias remitían a portales ficticios que mostraban estados de envío manipulados, coherentes con los documentos aportados.
La investigación identificó a tres residentes locales como presuntos miembros centrales del entramado, quienes habrían utilizado cuentas corporativas para recibir fondos procedentes de empresas extranjeras radicadas en Oriente Medio y África.
Posteriormente, el dinero era redistribuido con rapidez hacia casas de cambio autorizadas, sociedades locales y la parte continental de China, así como a cuentas de particulares.
Los implicados abrieron en conjunto 15 cuentas empresariales y 14 personales en 14 entidades bancarias del territorio. Las autoridades constataron además que las sociedades vinculadas al fraude carecían de registros aduaneros de importación o exportación y figuraban domiciliadas en viviendas particulares o en sedes de otras empresas.
Los arrestos se produjeron los días 19 y 20 de diciembre, durante registros en varias áreas de la excolonia británica, donde se incautaron teléfonos móviles, tarjetas bancarias y documentación comercial falsificada.
Los detenidos quedaron en libertad bajo fianza mientras prosiguen las investigaciones. Las autoridades ordenaron la inmovilización de activos por unos 55 millones de dólares hongkoneses (7 millones de dólares estadounidenses o 6 millones de euros) y no descartan nuevas detenciones.
En Hong Kong, el delito de blanqueo de capitales está castigado con penas de hasta 14 años de prisión y multas máximas de 5 millones de dólares hongkoneses (unos 643.000 dólares estadounidenses o 545.000 euros).