Los políticos deben retirar sus garras de la educación
Tras la caída de la dictadura, cierto “seccionalero” del departamento de Ñeembucú se quejó con amargura de que él y sus pares ya ni siquiera podían nombrar a maestras. Ahora, por lo visto, las cosas han vuelto a su lugar, según surge de los dichos de Blanca Ávalos, dirigente de la Organización de Trabajadores de la Educación, en un acto realizado en la capital con motivo del Día del Maestro: “Lastimosamente, hoy en día hurreros acceden a cargos en lugar de compañeros con perfil; esto se hace a través de los llamados cargos interinos”, para dar rubros a los “amigos”, en vez de nombrar a quienes ya trabajaban en el aula con los mismos rubros. La educación no puede seguir siendo un botín de politiqueros ignorantes y codiciosos.