No se debe permitir que Paraguay sea un país controlado por las mafias
La sociedad paraguaya está secuestrada por un sistema de corrupción que funciona a la perfección para los grupos criminales empotrados en todos los poderes del Estado. La tragedia ocurrida en San Bernardino puso al descubierto el desconcierto de todo el Gobierno y su incapacidad para enfrentar la situación. El Estado paraguayo fue copado hace años por las asociaciones criminales como el narcotráfico. El denominador común de la situación que vivimos en todos los ámbitos es la impunidad. El Gobierno es cómplice de estos grupos criminales de manera activa o por omisión, consintiendo la indefensión en la que se encuentra la sociedad honesta.