Para demandar asistencia como lo vienen haciendo desde hace largos años, grupos de aborígenes adultos y menores han vuelto a ubicarse en miserables condiciones en las cercanías de la sede del Indi, instalada en un cuartel militar capitalino bajo la presidencia de la exgobernadora del Alto Paraguay y exdiputada Marlene Ocampos, denunciada penalmente por el delito de lesión de confianza que habría cometido al ejercer el primer cargo. Tras obtener víveres y promesas, los ocupantes de las vías públicas suelen retirarse al cabo de unas semanas, solo para ser pronto sustituidos por otros igualmente carenciados, que también yacerán en la calle en las mismas inhumanas condiciones hasta recibir, en el mejor de los casos, la dádiva estatal que servirá solo para paliar sus necesidades durante un corto tiempo.
Marlene Ocampos
Este Gobierno tampoco muestra mucho interés hacia el drama indígena
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