Fernández, ganó la medalla de bronce en la anterior cita de ese nivel, en Bakú, subió al noveno lugar del escalafón de la división de +100 kilogramos y acumula 380 puntos.
En este momento se encuentra en zona de acceso a los cupos directos que otorgará la Internacional Blind Sport Asociation (Ibsa).
Además es el único parajudoca del equipo masculino cubano con plaza a Tokio, y espera asistir a su segunda confrontación paralímpica tras ganar bronce en la categoría de 100 kg en Río de Janeiro 2016.
Su calificación es la de débiles visuales B3 y aspira a situarse entre los primeros de su peso, dotado de solo ocho boletos por ranking, seis de ellos entre atletas B2 (débiles visuales profundos) y B3, y dos para B1 (ciegos).
Sus mayores rivales en la competencia en Reino Unido están calificados como B2 y B3, pero uno de ellos, el japonés Kento Masaki (octavo con 470 puntos), no cuenta al entrar entre las 13 papeletas asignadas a la nación sede de la paraolimpiada.
La representación cubana se completará con Isao Cruz, doble campeón paralímpico y medallista de plata mundial, de la clase B2, quien se ubica onceno con 322 unidades en 100 kg y Sheila Hernández en 70 kg.
El 21 de junio próximo cierra el plazo para la entrega de los boletos de manera directa por ránking a 112 deportistas, a los que se sumarán otros 13 por invitaciones e igual cantidad por el país anfitrión de la competencia paralímpica.
Cuba ha clasificado hasta ahora a cuatro deportistas, entre ellos la corredora multicampeona Omara Durand.
Los deportistas de la isla acumulan de sus actuaciones paralímpicas 39 medallas de oro, 19 de plata y 27 de bronce, para un total de 85 preseas.