En el caso que hemos preguntado al dirigente ganadero fue sobre un lote de bovino subastado días atrás, que pesaba en promedio 331 kilogramos por cabeza, que se vendió a G. 5.250 por kilo, lo que resultó en una cotización de G. 1.737.750 por cabeza. Para comprobar el bajo precio que significa este caso, se debe considerar que la tarifa promedio en las diferentes categorías llegó a superar los G. 9.600 por kilogramo vivo.
Riera afirmó que indudablemente los precios del ganado se desplomaron como consecuencia de la caída de los mercados, lo que produjo una sobreoferta interna.
Explicó que el problema se encuentra en que el mercado interno de la carne solamente absorbe el 30% de la producción, mientras que el 70% restante se exporta. “Sin mercados, toda la oferta se recarga sobre el interno. Tenemos que ampliar los mercados”, expresó.
Comentó que como consecuencia de la falta de mercados, “los ganaderos –ahora– somos víctimas de nuestro propio éxito”.