Algunos esperaban una mención a este tema, luego de que se hablase dentro de la propia Iglesia de la posibilidad de ordenar a hombres casados para llegar con la eucaristía a las regiones más aisladas.
El texto, de unas 24 páginas, dividido por capítulos, generó mucha expectativa pero el Papa eludió el delicado tema del celibato sacerdotal.
Andrea Tornielli, director de comunicación del Vaticano, dijo que Francisco quiso evitar que la exhortación se convierta “en un referéndum” sobre la posibilidad de ordenar curas a hombres casados.
Con esa decisión Francisco desea que la exhortación apostólica se centre en los desafíos ecológicos, sociales y pastorales y no tanto en el fin del celibato, tema que divide profundamente a la iglesia.
El Papa en cambio denunció “los emprendimientos, nacionales o internacionales, que dañan la Amazonia y no respetan el derecho de los pueblos originarios al territorio y a su demarcación, a la autodeterminación y al consentimiento previo, hay que ponerles los nombres que les corresponden: injusticia y crimen”.
El Papa señaló lo que llama “los grandes sueños” para la Amazonia, defiende la “ecología humana” que tiene en cuenta a los pobres y valoriza las culturas indígenas.
“Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos”, escribió en el primer capítulo.
En el texto, divulgado cuatro meses después del sínodo o asamblea en el Vaticano con todos los obispos de la región, el Papa insta a fomentar una “Iglesia misionera”.