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Aparte de “El Suspiro”, el hotel “Mberú” y el bar “Mberuí”, también estaban en la zona el bar “San Jerónimo”, todos muy concurridos porque había mucho trajín.
El barullo no solo lo ponían las chatas que llegaban a toda la costa del río con frutas sino también los berrinches que se generaban cada tanto cuando había que desalojar a un grupo de casas marginales cuando se empezaron a abrir las calles y el barrio se fue modernizando.
Una de las más conflictivas aperturas fue la de la calle Río de la Plata y la construcción del puente sobre el Arroyo Jardín que separaba a Loma Clavel de la Loma San Jerónimo.