Amo al dengue

Cuando el gran engaño del metrobús estaba en su apogeo surgió un comentario disonante a la condena cotidiana de la ciudadanía en contra de la obra. Este comentario se difundió a través de los medios de comunicación y luego se viralizó en las redes sociales, y decía así: “¡Amo el metrobús!”.

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La reportera que buscaba reforzar el caos que significó la obra con una opinión del ciudadano de a pie se sorprendió ante la respuesta de una mujer mayor que atribuyó a la obra del metrobús una mejora significativa de su salud, incluyendo reducción de peso, porque desde que se iniciaron los trabajos se vio obligaba a caminar muchas cuadras por los desvíos de los ómnibus, que cada día cambiaban de itinerario como consecuencia de los trabajos en la ruta principal.

Muchos tomaron el comentario como un sarcasmo jocoso, otros más optimistas como ejemplo de que se puede obtener beneficios de situaciones negativas si se asume una buena actitud ante la adversidad.

No hay duda de que nuestra piel tupi-guaraní está curtida de situaciones negativas, y que es altamente imputrescible ante las injusticias o ante el descarado y continuo robo de las arcas del Estado por los que se turnan en el poder.

La pasividad y el nivel de estoica tolerancia merecen una investigación antropológica profunda para determinar qué es lo que realmente nos ofende como paraguayos, y cuan dispuestos estamos en actuar, de manera colectiva, para cambiar aquello que nos hace daño, más allá del activismo digital, que se limita a posteos catárticos de indignación selectiva, en las redes sociales.

Es un hecho que las catástrofes no nos inmutan, muchas veces hasta la muerte la asumimos con resignación si es algo inevitable, sin embargo la circulación del virus del Dengue SÍ es evitable, y la resignación, tolerancia y pasividad ante este grave problema, que puede cobrarse muchas vidas, son actitudes miserables.

Con la lógica del amor al metrobús, amar al dengue puede frenar esta epidemia. Hoy el dengue es la adversidad y nuestra actitud frente a él, con buenas prácticas domiciliarias de eliminar todos los días criaderos del mosquito Aaedes aegypti, transmisor de este virus y de otros como zika y chikunguña, impedirá que se propaguen estas enfermedades, lo cual finalmente se convertirá en un gran beneficio colectivo obtenido por haber asumido una buena actitud.

No pierdan el tiempo insultando a los puercos e inconscientes consuetudinarios. El peso del ejemplo siempre será más efectivo, acompañado de la condena digital, social y pública.

leticia.barrios@abc.com.py

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